El odio que hoy se siembra desde un escritorio, desde un cuarto remoto, de forma anónima muchas veces, se esparce como veneno en la sangre y ataca con furia a los débiles de consciencia, los confunde, los engaña con planteamientos baladíes…
Están en todas partes y a todas horas. Contadas desde millones de teléfonos celulares y distribuidas por las redes sociales. (imagen: «Multitudes» de Juan Genovés)
Muy patriota él, el ministro de Educación da lecciones de patriotismo a nuestros estudiantes: no se graduarán mientras no sepan de memoria las letras del Himno Nacional. Es decir, lo patriótico es un asunto nemotécnico.
De repente, los poemas y la política parecen encontrarse.
Y no por aquello que dice Sabina, de que el arte se inventó para corregir la realidad, sino porque ambos nacen y viven de los momentos.
Sin lugar a dudas que la decisión adoptada por las plataformas de redes sociales Twitter, Facebook e Instagram de suspender la cuenta a un presidente en ejercicio, demostró el inmenso poder que hoy tienen las millonarias corporaciones dueñas de las redes sociales.
Si hay algo necesario en la gestión de la pandemia del SARS CoV2 es la confianza de la población dominicana.
Si una lección nos deja en claro el último año vivido, es que el mundo que estamos construyendo no es humanamente sostenible. Es frágil. (Opinión editorial de Jesús Sosa)
En tiempo récord, a menos de un año de haberse declarado al coronavirus como una pandemia, ya contamos con vacunas. ¡Es una grata noticia! Lo que no es grato es saber que no se actúe con la misma celeridad cuando se trata de combatir un virus que mata a millones: el hambre.
¿Te has puesto a pensar qué hubiese sido de nosotros sin delivery durante este largo confinamiento por COVID-19? Seguramente, más contagios y más muertes. Y una covidianidad más insoportable aún.
En el examen de estos cinco meses y del desafío que enfrenta, el gobierno actual se quemó. Y dicen que, para muestra, un botón. La muestra que hasta ahora han dado las actuales autoridades no puede ser más infeliz. (Escrito por @RamonTejedaRead)
Dominicanos y dominicanas recibimos el año 2021 con incertidumbre y malestar, pero también con muchas ganas y muy conscientes de nuestro derecho a prosperar, gozar de salud y vivir en bienestar.
Judío sefardí por ancestros, educado por jesuitas y casado con una descendiente de palestinos, la “culpabilidad judía” me resulta muy cercana y familiar.
Mujeres y hombres tienen iguales derechos, deberes y libertades. Eso dicen leyes, declaraciones y manifiestos, no así la cotidianidad que viven las mujeres.
Ilegalizar ahora el matrimonio infantil será un buen primer paso para ir reduciendo también las uniones consensuales con menores de 18 años. Eliminar cualquier resquicio legal permisivo que facilite estas uniones tempranas, contribuirá también a evitar embarazos de adolescentes.