Esta semana hemos visto a funcionarios modelando en una alfombra por la que desfila sin elegancia la mentira.

«¡Hemos mejorado! Estamos cumpliendo y estamos cambiando… hemos logrado récord en esto y también en aquello», enuncian los titulares.

Estamos mejor, sentencia el Presidente en coloridos videos. Los unos dan palmaditas en la espalda a los otros. Con mirada serena y en la calma del desesperado, dicen al pueblo: ¡Todo está mucho mejor!

Pero, un año después, la gente no necesita que le digan que está mejor. La gente va al supermercado, compra y comprueba. No necesita que le digan que hemos cambiado. Va a la ferretería, compra y comprueba.

El pueblo no espera con expectativa 365 días del año para ver al Presidente decir, entre cuentas y cuentos, que el gobierno está cumpliendo. El pueblo ve.

Las tormentas recientes no trajeron tanta agua como las mentiras impiadosas que han llovido desde gobierno.

Tan impiadosas como prometer aprobar el aborto en 3 Causales y plantar a las mujeres, con la indiferencia característica con que se ha manejado este gobierno los primeros 12 meses.