Y no es en Dinamarca
En países del Viejo Mundo, donde cualquiera pudiera pensar que todo siempre va bien y que los trabajadores no tienen problemas ni quejas ni molestias, descubrimos que la calidad de vida se va quedando sin calidad… y sin vida.
En países del Viejo Mundo, donde cualquiera pudiera pensar que todo siempre va bien y que los trabajadores no tienen problemas ni quejas ni molestias, descubrimos que la calidad de vida se va quedando sin calidad… y sin vida.
Precarizar servicios de salud y sistema educativo. Desproteger a la gente. Abjurar de la lucha de las mujeres. Abandonar el campesino. Ningunear al obrero. Humillar al chiquito. Robar hasta la esperanza.
Hoy el partido de Gobierno hace gala de su talento: el espectáculo. Con eso encubre el fracaso (piensa). Punta Catalina fue palanca electoral. Mentiras que hoy se admiten a regañadientes. El mismo espectáculo electoral de entonces, el de ahora. Nada nuevo.
Vuelven los allanamientos.
¡Titulares de los diarios!
Memes, morbo, comentarios,
«montañas de documentos».
¡A la carga! Van en serio
contra los peledeístas.
Otros casos, de la vista
gorda se hace el Ministerio.
Si el pasado noviembre 2022 usted, amigo lector, fue uno de los que se perdió la divertida comedia, con tintes de crítica social, Tarascones, esta es su oportunidad de verla.
Tras dos años de tragar inflación como veneno, llegó el alivio. ¿Llegó? Lo justo habría sido indexar, para luego aumentar salarios.
Ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario y viceversa. Hace dos años se anunció como gran logro un aumento, pero con reclasificación de empresas. Es decir, una estafa. Lo que se anunció en un primer momento, no fue lo que vio el bolsillo.
En nuestro país sería
por despilfarro de cuartos:
Mejor Actor del Reparto
a quien compra una Alcaldía.
¡Y también Mejor Montaje!
«El Gobierno Economato»,
con presentación de datos,
gana Mejor Maquillaje.
Hay incendios forestales,
fuego por las cuatro esquinas.
De montañas, la vitrina:
bosques vueltos matorrales.
Parques no tienen doliente,
hoy en manos de cualquiera.
No nos dejarán siquiera
la mitad del medio ambiente.
“No nos oponemos al desarrollo económico del país, nos oponemos al desarrollo que no es sostenible. Pertenecemos a acuerdos internacionales de desarrollo sostenible. No es nada nuevo, es una política que el país ha acogido”, expresó la bióloga Ángela Guerrero.
Recién llegada al barrio, la muchacha no tuvo tiempo de desempacar maletas para instalarse. Desde la entrada de la casa, algún depravado que codiciaba sus piernas, sus caderas, su busto y rostro lozano, la acusó de meretriz. Ahí comenzó el calvario de Catalina, la puta Catalina, como le empezaron a llamar.
Le contaron que de Adán
fue sacada una mañana
y al morder una manzana
le quitaron hasta el pan.
La mujer que con luz brilla
es patria y humanidad.
La mujer, ser de bondad
¡Ya no puede ser costilla!
Le dieron vueltas al globo
y volvió a salir el trece.
El expediente, parece,
que de fuerte pasó a flojo.
De la Lotería el premier
con libertad fue agraciado.
El ciego fue condenado
y Dicent «nada que ver».
¿A quién querría convencer este Gobierno? ¿A los agricultores que quebró? ¿A los pacientes que no atiende? ¿A estudiantes sin escuelas? ¿Al Medio Ambiente que depreda?
Quizás habrá convencido a quienes entrega patentes de corso para apropiarse de lo público.
Los «datos irrefutables» no se corroboran ni con las estadísticas de las propias instituciones. Penoso.
Talar a tan nobles plantas como los mangles, que protegen al mismo ser humano de las inundaciones, es un crimen de lesa patria. Porque lo que se ha practicado es la mutilación de ese pedazo de patria en nombre del patrioterismo.
¿Qué se puede esperar de un Gobierno que improvisa de tal suerte, que semana tras semana envía al Congreso proyectos que luego retira? Hoy decidirá lo que mañana echará hacia atrás. Eventos de esa categoría suceden cuando no hay plan. Las palabras se cansan de ser repetidas. La promesa aguarda por ser realidad.
Se preparó para la muerte. Inminente y necesaria, decía. ¿La necesitaba ella o la vida? No supe. El cáncer sí sabía. Con inexpugnable fe, de sus labios nunca se apartó el ‘gracias a dios’ o ‘gracia sadiós’ . Falleció con mi mano en la suya. Esa vez creo que dijo ‘Gracias, adiós’.