Asaltos
Asaltaron al Reservas
y también al Popular.
¿Qué más tiene que pasar?
Horizonte no se observa.
Con chalecos antibalas,
con fusil y con pistola,
el crimen es quien controla
y la gente está aterrada.
Asaltaron al Reservas
y también al Popular.
¿Qué más tiene que pasar?
Horizonte no se observa.
Con chalecos antibalas,
con fusil y con pistola,
el crimen es quien controla
y la gente está aterrada.
Claudia Sheinbaum ha ganado
con apoyo de Obrador,
presidente redentor
del México abandonado.
Ha triunfado la cordura
frente al hilarante absurdo.
Para el pueblo llegó el turno:
votó contra la locura.
El pueblo desorientado
que hace vida bajo el cielo,
como triste jornalero,
está frenando en el aro.
Hoy el colmo está colmado
de trivial indiferencia.
El pueblo, con su paciencia,
sigue frenando en el aro.
No hay tiempo para tristeza.
Respiremos el mañana,
como voz que ruge y clama
contra el miedo y la pereza.
La esperanza es combatir,
combatir es la bandera,
con el alma en la trinchera
alumbrando el porvenir.
Como el poeta advirtiera:
las flores, las cortarán,
sin embargo, no podrán
detener la primavera.
Resurgirán las violetas
y las flores amarillas.
Abonarán las semillas
profecías de poetas.
Quien dice ser el más popular de todos los tiempos, cuenta en realidad con la apatía y la indiferencia de un 46 % de la población (que no votó) y otro 24% que votó en contra.
Basura que se amontona
y llega hasta los partidos,
traída por unos hilos
halados desde otra zona.
Firmeza hay en la locura,
con las ideas por piezas,
porque también hay cabezas
que están llenas de basura.
Mediante el olvido, los hombres y mujeres del tiempo futuro renuncian voluntariamente a recordar. Por consiguiente, renuncian al amor, al cariño, al afecto y a las relaciones interpersonales.
Aquí usted encontrará
artículos en la diana,
un espacio que se llama
Comunidad Ojalá.
Actualidad, medioambiente,
cultura y economía.
Celebramos la alegría
de ser medio diferente.
Arrecian los apagones,
el cambio apaga el país.
La gente dice que Luis
promete sin soluciones.
¿Las Edes? ¡De lo peor!
Intervención ameritan.
Apagones multiplican
el diabólico calor.
La mitad salió a teñirse el dedo. A la otra mitad no le interesó. Y, pasada la fiesta, en República Dominicana va quedando medio ambiente y media democracia. Medio ciudadano que es medio indiferente.
Otra vez deciden otros,
porque el pueblo sigue ajeno.
Las urnas quedan, de nuevo,
sin pito, flauta ni votos.
Al pueblo no le convoca
salir consciente a votar.
Es para reflexionar
la abstención que nos arropa.
Marchan pronto las hormigas,
obreros sin libertad,
hormigas de la ciudad
en ciudad de las hormigas.
Caminan las enfermeras
artesanos y maestros.
Los trabajos son los nuestros;
los recursos, de cualquiera.
Elocuente, pausado y convincente, Abel Martínez les habló a los campesinos que pueblan y siembran esta patria, a los trabajadores, a las mujeres, a los jóvenes, a los empresarios y emprendedores del país.
El escenario, el interés y la atención fueron suyos. Más aún: eclipsó la participación de los otros candidatos presidenciales, quienes no pudieron sofocar los aplausos que se vertieron a su favor y que quedaron flotando el salón.