¿Qué hacer ante el desconcierto que provoca el no saber qué hacer? ¿Qué debe hacer un pueblo ante el despojo de conquistas arrebatadas?

De tener un servicio ininterrumpido de energía eléctrica, pasó el pueblo dominicano a vivir entre apagones, pagando una factura mucho más cara.

De tener los estudiantes cobertura escolar, con planteles dignos donde recibir docencia, a la falta de cupos, aulas en furgones y escuelas abandonadas.

De tener los dominicanos y dominicanas soberanía alimentaria garantizada, con productos producidos aquí, a precios asequibles, pasamos a la desenfrenada inflación y la quiebra de productores por importaciones desmedidas.

La historia no es distinta cuando se observa el sector salud, los servicios públicos, la transparencia y la institucionalidad.

Inundado de mentiras y relatos acomodados del Gobierno, el pueblo es empujado al desconcierto.

¿Y qué hacer ante esto? ¡Organizarse! Asumir con valentía la más noble de las luchas: la del pueblo.

Lo que te está pasando a ti, le pasa a tu vecino. En cada barrio, en cada comunidad, debe exigirse de manera colectiva la resolución de los problemas, por pequeños que sean.

No es verdad que estamos condenados a vivir de la peor manera, a no gozar de bienestar social. A no tener futuro ni esperanza.

Los abusos, atropellos, el desmonte de políticas públicas y la negación de derechos no pueden llevarnos a la resignación de que nada va a cambiar después del Cambio PRM.

¡Organizarse! Participar, reclamar lo que por derecho le toca al ciudadano. Asumir la lucha cotidiana, en el barrio, en el municipio. Estar en el campo de batalla por la reconquista de lo que, de manera impiadosa, se le ha arrebatado al pueblo. No ser un espectador.

No es un cliché, sino una gran verdad, aquello de que el pueblo unido, jamás será vencido.