El gobierno dominicano tiene en agenda privatizar el servicio eléctrico. Es decir, la administración de Edenorte, Edesur y EdeEste.

La noticia no sorprende viniendo del actual Gobierno, que lleva una carrera de privatizaciones de empresas del Estado, a través de fideicomisos y otros mecanismos.

Pero, ¿por qué privatizar las Edes?

En los años que lleva gobernando el PRM una de las quejas fundamentales del pueblo dominicano es el deterioro progresivo del servicio energético.

Ha habido un aumento sustancial de la tarifa eléctrica, en muchos casos del doble o el triple de lo que se pagaba, sin reflejarse esto en mejoras del servicio.

Zonas que ya gozaban de energía 24 horas, hoy reciben largas tandas de apagones.
Es decir, tarifa más alta y servicio más precario.

A esto se le suman las pérdidas del sector eléctrico, que han pasado de entre 26 y 27 %en 2019 a más de 40%. Técnicos del sector indican que en el caso de Edeeste ha alcanzado, incluso, el 48%.

Pero también el subsidio energético se ha disparado, lo que ha engrosado los bolsillos de los generadores, como ustedes ya se imaginarán.

Entre datos imprecisos y ocultamiento de la información, no hay manera de verificar las cifras. Porque, si algo ha caracterizado a este Gobierno, es la falta de transparencia. Ahora los portales de las instituciones no cargan las informaciones a tiempo o simplemente no las suben. Una página te envía a otra página que termina en una página en blanco.

El Gobierno no invierte en redes de distribución, aumenta la tarifa, aumenta el subsidio y las pérdidas, y precariza el servicio.

El propio Gobierno ha creado la tormenta perfecta para anunciar el propósito que tuvo desde el principio: privatizar las Edes. Decir ahora que en manos del sector privado funcionaría mejor, después de que el propio Gobierno arruinara su funcionamiento.

Sin guardar las formas, ya se sabe que el Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad tiene listo el proyecto de reforma del sistema eléctrico estatal, que tiene como meta a cuatro años, oiga bien, reducir las pérdidas en 19 % y reducir el subsidio a un tercio del monto actual.

En palabras llanas, el Gobierno del PRM arruinó el servicio energético, para poder entregarlo al sector privado, que promete llevar el sistema a los niveles en que funcionaba antes de la llegada del PRM al Gobierno.

¿Negocio? Redondo.