A escasos días de cumplirse un año de haber sido electo secretario general del PLD, Johnny Pujols estremece con un enérgico discurso que dice mucho de su formación y evolución política.

En una multitudinaria asamblea celebrada en Santo Domingo Este, el Johnny Pujols del que muchos tenían grandes expectativas, mostró su lado más aguerrido.Quienes, desde la distancia, lo han visto como un metódico y parsimonioso dirigente, un matemático organizado, conocieron el fin de semana a un Johnny más pulido en las artes discursivas.

Su alocución estremeció. Movió cada fibra del militante. Levantó todas las banderas, puso de pie hasta a las hormigas. Parecía levitar sobre las ideas y todos los presentes, cónsonos con esa aura, vibraron de entusiasmo.

Es el mismo Johnny que hace un año recorrió el país, explicando su visión de futuro del partido morado, el que le cambió el nombre a la derrota y empezó a llamarla ¡Gran oportunidad! Es el mismo Pujols convertido en un tribuno del pueblo.

Divulgador de las ideas de Juan Bosch y de la ingente obra de Gobierno del PLD que desarrolló Danilo Medina, el joven político ha irrumpido en el escenario para proclamar a los cuatro vientos que el PLD vive, colea y será Gobierno.

Un año ha bastado para que el PLD redibuje el tablero electoral. El Comité Central no se equivocó en su gran apuesta: la dupla Danilo-Johnny en la dirección del partido, la cual ha dado resultados tangibles.

Decenas de locales inaugurados en distintas provincias, el giro comunicacional y estratégico, y la vuelta a las ideas que dieron origen al PLD, marcan la ruta de un Partido de la Liberación Dominicana revitalizado.

El PLD sigue en expansión, en números y calidad. En las dos últimas asambleas se agregaron más de 600 jóvenes a su padrón, cargados de sueños y deseos de servir.

Esa es la mística peledeísta. La que legó el profesor Juan Bosch. La asamblea en SDE fue una de las más emotivas y entusiastas, de las más de 20 que se han realizado en el último año.

Lo evidente es que habrá PLD para rato, en tanto el pueblo va abandonando la frase de que con el PLD se vivía mejor y, convencido de un mejor porvenir, empieza a abrazar la convicción de que con el PLD se vivirá mejor.