Cuentas y cuentos… entremiliados
Da gusto oír a los funcionarios del “cambio” rendir cuentas de su gestión. Su discurso es de corte bíblico: Antes, todo estaba en tinieblas. Hasta que vino el espíritu del “cambio” y… ¡se hizo la luz!
Antes todo estaba mal. Ahora todo está bien… o mejor.
No se construyó nada antes. Era malo el endeudamiento antes. Cuya razón de ser era el déficit eléctrico sempiterno, principalmente.
Ahora el endeudamiento es una bendición. Aunque sea para almacenar dinero en el Banco Central evitando una devaluación que ya es un hecho con el incremento dramático de precios.
Quisiéramos ser optimistas. Aportar el beneficio de la duda. Pero un año después, el cambio es aquel monte parturiento de Esopo. Asombrado por los alaridos, el mundo esperaba la maravilla, pero el monte parió un ratón.
El cambio no pare un ratón sino una pesadilla de huevo a diez y pollo a ochenta y noventa la libra. De peste porcina tras cuarenta años. Retorno de apagones. Deterioro de servicios (911, RD Vial…) y de derechos…
Las promesas llueven. La protesta se oye. Aunque un río de millones fluyendo hacia los grandes medios le pone sordina. En fin, rendición de cuentas… y de cuentos. Entremiliados.
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