En La Vega se retrata el Gobierno
No debe sorprender lo que pasa en La Vega. Allí se ha violado todo. Y debe quedar claro que todo tiene un responsable: el presidente Abinader. Todo ocurre con su consentimiento.
No debe sorprender lo que pasa en La Vega. Allí se ha violado todo. Y debe quedar claro que todo tiene un responsable: el presidente Abinader. Todo ocurre con su consentimiento.
¿Hasta cuándo vamos a estar observando impávidos cómo se dilapida el erario público con semejante indolencia e impunidad?
Que no coja piedra para los indefensos. Eso y más dijo el pueblo… Y más está dispuesto a decir si el gobierno sigue sin rumbo y cogiendo los mangos bajitos.
No ha sido Abinader quien ha retirado el paquetazo fiscal. Ha sido el pueblo.
Paquetazo fiscal contra las familias dominicanas que ahora, como antes, y como siempre, se sellará con nuestro sudor y nuestra sangre.
Si el horizonte es el pueblo, la humanidad y sus actuales angustias, fecundo, exuberante es.
Entre uno y otro horizonte están la riqueza y la verdad de la experiencia y el camino.
La Fábula de los Tres Hermanos, de Silvio Rodríguez, parece convocarnos de nuevo “a descubrir y a fundar”.
¡Que nadie se pierda el convite!
Además de ser un intervencionista que pide intervención militar para Haití mientras maltrata a Venezuela cumpliendo órdenes de su amo, el presidente Abinader es un mentiroso empedernido.
Olvidar está prohibido. Olvidar es un acto abominable de traición al pueblo que espera por nosotros. Que espera por Juan Bosch como espera por Duarte, cuya obra de nuevo nos convoca.
Ducoudray tiene un sitio distinguido en las ciencias naturales de la República Dominicana, gracias a su gran capacidad de relatar en forma simple y poética las realidades de nuestros ambientes naturales y transmitir al pueblo.
El gobierno debe respetar y hacer respetar las leyes migratorias. Sin abusos. Pero también debe exigir a sus autoridades abandonar el lucrativo negocio del tráfico y la extorsión de los inmigrantes.
Blinken sabe que Abinader es de la misma cuadra de Hipólito Mejía, quien en 2003 envió tropas dominicanas a legitimar el genocidio de dos millones de irakíes, que no importan a la Corte Penal Internacional.
Solidario, salvó a Evo Morales de la muerte. Colocó a la OEA y su actual alabardero en el basurero al que pertenecen y condenó sin ambages golpes de Estado e intervenciones extranjeras.
Respeto a Venezuela y a sus instituciones es lo menos que debemos exigir a la OEA, EEUU y sus aliados de golpe electoral. Luis Abinader incluido.
La prensa complacida, las redes ahítas de publicidad oficial con inundación de bots, el reparto criminal del presupuesto, la oposición despedazada, comprada al detalle y extraviada…
Hasta el Teatro Nacional es pequeño para lo que habría que mostrar a las augustas delegaciones nacionales y extranjeras. Qué lástima que no haya un espacio más amplio y majestuoso—todo un Coliseo, por ejemplo—para el augusto César.
Ahora Venezuela es primera página. Maduro es el malo de los medios globales. Corina pide intervención militar extranjera, como en Haití. Edmundo González, agente de la CIA de por vida, señalado criminal, son los nuevos héroes.
Así va América Latina. Veintidós años entre crisis, golpes, intentos de golpes. Abierta intervención de Estados Unidos en su patio.