Los mayores recordamos en 1978 a oficiales estadounidenses dando órdenes en los cuarteles dominicanos, a solicitud del gobierno Guzmán-PRD, que entendía que los generales reformistas  rechazarían los cambios que haría su gobierno.

Recordamos muy bien al estrafalario Hipólito Mejía enviando tropas dominicanas a legitimar el genocidio de George Bush en Irak en 2003.

Por eso no sorprende que el presidente Abinader viole nuestra Constitución y entregue el territorio dominicano para que vengan a repostar aquí los aviones yanquis luego de masacrar venezolanos. La conducta lacayuna está en el ADN del PRM, como se ve.

Lo que da pena—prefiero no decir asco—son los editorialistas de los púlpitos mediáticos dominicanos que justifican la violación de nuestra soberanía porque se trata del “dictador Maduro” y de la causa muy democrática de EEUU que patrocina genocidios en Palatina, en Ruanda, Sudán y el Congo de Patricio Lumumba cuyo cadáver fue disuelto en ácido por los muy demócratas belgas.

EEUU y Europa tienen bloqueados muy democráticamente en sus bancos TREINTA MIL MILLONES DE DÓLARES del gobierno y el pueblo venezolanos y muy democráticamente han ejecutado golpes de Estado contra Chávez, primero, contra Maduro, después, y han reconocido a mamarrachos como Juan Guaidó sin ninguna vergüenza e invertido cientos de millones de dólares en actos de sabotaje de todo tipo para provocar migración, crisis económica y caos en Venezuela en nombre de la democracia.

Pero dicen nuestros editorialistas que el malo es Maduro.

El intento de fraude en las elecciones venezolanas de Julio pasado es cierto. Fue planificado, financiado y ejecutado por EEUU y la oligarquía venezolana.

Centenares de ataques de hackeo fracasados contra el sistema electoral venezolano para impedir las elecciones, como se hizo exitosa y democráticamente en RD en las municipales de febrero del 2020 para sacar del poder al desobediente PLD que quería negociar con China.

Antes, para derrocar gobiernos se los acusaba de comunistas. El éxito del comunismo chino ha acabado con ese cuento. Ahora se los acusa de narcotráfico y EEUU es la policía universal contra la droga. Con autoridad para asesinar sin juicio e invadir sin pedir permiso a nadie.

En nombre de toda esa ridiculez, planifican el otro genocidio en Nuestra América, ahora contra Venezuela. ¡Y Abinader encantado!

¿Cuánto importa, honestamente, el narcotráfico a los EEUU?