⏱️2.18 min Los dueños del sartén tienen las manos sueltas para establecer los precios a sus anchas y el gobierno, que debe jugar su rol de ser un ente de equilibrio, luce algo tímido, como si no supiera lo que está pasando.
⏱1.97 min. Pareciera que existe la intención de no vacunar a la población trabajadora haitiana que convive con nosotros, lo que sería un grave error por varias razones.
⏱️1.06 min Pese a nuestros justificados temores, debemos apostar a que todo saldrá bien, debemos asistir con confianza a los centros de vacunación, como soldados que defienden la Patria.
⏱1:32 min Las votaciones del 14F para escoger 300 nuevos miembros de su Comité Central se desenvolvieron en orden, sin contratiempos tecnológicos y con una participación muy superior a lo usual en situaciones similares.
⏱️2.03 min En medio de la incertidumbre y la vulnerabilidad que genera la pandemia, el Ministerio de Educación lanzó a las calles a decenas de miles de maestros y maestras, técnicos y personal de conserjería sin pensar un instante en el impacto que tendrá semejante atropello en los planes educativos ya en marcha.
⏱️2.23 min Los graves daños que a nivel global ha provocado esta “bendita pandemia” tiene al mundo centrado ahora en las vacunas, por ser estas la única esperanza que pudiera garantizar , según los expertos, el retorno a algún tipo de normalidad, lo cual aún está por verse.
Lo que la gente quiere es progreso, desarrollo y una vida mejor para todos. Odio y virus solo conducen al fracaso general.
La gente se puede desesperar, con razón, y pedir que las traiga el que pueda, pagar lo que pidan y evitar contagiarse y morir.
El cambio ha dado al traste con una improvisación que encamina a las instituciones al desastre, por lo obvio: cambiar lo que bien funciona no es la mejor maniobra.
Las expectativas, si tomamos en cuenta el factor normalizador de las vacunas, van al alza. Hacia allá va el dinero y los compradores a futuro.
Si el horno no está para galleticas, mucho menos para pan barato.
El pan nuestro de cada día, por tanto, llegará a las mesas de las familias dominicanas a precios entre ocho y diez pesos.
Es decir, el país tendrá que invertir cuantiosos recursos económicos para la compra de una de las marcas de vacuna, pero con escazas garantías de lograr un resultado satisfactorio para la población.
En las pasadas elecciones, la magia solo existía en las cabezas de los que ofrecían cambio. Eran las propuestas del abracadabra.
Hace tiempo que la relación entre el ciudadano y la política vive una auténtica fragmentación.
La sociedad dominicana se ve frente a varios laberintos, siendo el más engañoso de todos el de un gobierno improvisando en medio de la crisis.