Babelización de la conversación
Resulta evidente de que la babelización de la conversación es una acción preventiva ante la peligrosidad de un relato común popular que convoque a la unidad.
Resulta evidente de que la babelización de la conversación es una acción preventiva ante la peligrosidad de un relato común popular que convoque a la unidad.
La energía la asociamos a la vida, al sol, al viento, a los mares, a la fotosíntesis y al metabolismo humano.
La memoria militante conserva, guarda, vivencias, recuerdos, experiencias y saberes propios en los quehaceres de un partido político. También, de sus ansias o anhelos. Es una suerte de memoria de energías políticas pasadas y deseadas.
Hoy estamos viviendo otra de las absurdas situaciones que nos sirve el gobierno Abinader con resultados no previstos, en la producción y comercio y en el PLD.
El gobierno Abinader tiene su repertorio de sones, los más recientes La Reforma Constitucional y La Reforma Fiscal que interpretan día y noche varias orquestas mediáticas con jugosas contrataciones.
La gente, en general, a pesar del bullicio, no se anima, porque, nada pegajosos, nada ingeniosos, Constitucional y Fiscal son dos sones bien maliciosos.
El relato, versión propia sobre los afanes y desmanes de la vida cotidiana con sus soluciones, es el verdadero constructor y energizador de los partidos.
Los procesos electorales constituyen un momento breve y de efectos transitorios en la vida de un partido político y las candidaturas a cargos públicos procuran votantes, no militantes.
El relato del partido y sus militantes son quienes propician las candidaturas y no al revés. De no ser así, el partido corre el riesgo de presentar candidaturas a cargos públicos que no se parezcan al partido, que distorsionen su identidad, provoquen confusión, decepción y migración entre militantes y votantes, como ha ocurrido tantas veces.
Los porqués y soluciones a problemas locales y nacionales de la vida cotidiana (que vertebran el relato partidario), *construyen militancia y son el elemento esencial de la identidad de un partido*.
La inteligencia política aconseja al PLD a adaptarse a su nueva realidad, a su nueva condición, porque perder unas elecciones no convierte automáticamente a un partido de gobierno en partido opositor.
La inteligencia política aconseja al PLD a adaptarse a su nueva realidad, a su nueva condición, porque perder unas elecciones no convierte automáticamente a un partido de gobierno en partido opositor. Todos saben que no ha sido fácil.
Probablemente, luego de deserciones, migraciones y evaluaciones por desempeño, previsibles en toda transición, el PLD ha ido adquiriendo el tamaño adecuado para ser gobernable, se le presenta la oportunidad de recobrar una articulación territorial eficiente, de recuperar soberanía y autosuficiencia financiera y de construir e instalar un relato único.
En esa tarea de construcción de un PLD opositor, resulta esencial asumir la cultura de bajo costo, de la armonía y complementariedad intergeneracional; conservar el saber y la memoria de un partido con 51 años de historia; mitigar y remediar el impacto de la privatización de la política a través de la formación política y planes de trabajo medibles; desarrollar capacidades y articulaciones municipales y provinciales y promover la microfinanza militante.
El X Congreso del PLD ofrece una magnífica oportunidad de avanzar en restablecer prácticas que sirvieron para construir un PLD funcional, admirado, confiable y en el que militar o ser miembro, daba gusto y reconocimiento social.
Aquellas prácticas, como la disciplina, la puntualidad, la planificación y evaluación del trabajo, la frugalidad, la lucha social en las comunidades, el ejercicio de la política como pedagogía, entre otras que mucha gente recuerda con nostalgia, no fueron hijas del capricho de su fundador.
Se originaron en la atenta mirada sociológica y psicológica que hiciera Juan Bosch sobre el comportamiento de las clases sociales en nuestro país, de los partidos políticos, movimientos e instituciones sociales, culturales y religiosas.
Los complejos cambios productivos y culturales han tomado a muchos padres desprevenidos o indispuestos y no siempre han estado (o podido) estar presentes para darle amor, orientación y protección a sus hijos.
Los bajos salarios o ingresos en los hogares, la escasa protección social de las personas, hogares y empresas, los lleva, no por libre elección, a comprar cualquier marca y a dejar de ser leales. La verdad sería que no les importarían las marcas, sino su satisfacción; que no les importarían las marcas, por lo que compran marcas blancas, también genéricos, por escasez de dinero. Ofrecidas esas marcas blancas por tiendas, farmacias y supermercados, lo que estaría importando sería poder consumir el bien o servicio.
Con la privatización de la política, que vacía e iguala de contenido a los partidos y que empobrece las opciones con votantes desprovistos de fuerte poder de compra, se pretende que los votantes también cambien la manera de consumir política y, en consecuencia, convertir a los partidos en marcas blancas.
Lo inesperado, lo imprevisto, sucedió: el Nuevo Frente Popular (izquierda) ganó en Francia las elecciones legislativas del domingo pasado. Veintisiete (27) encuestas (todas) y los grandes medios (todos) auguraban -48 horas antes- lo contrario.
La victoria de la derecha del absurdo estaba asegurada. La operación cosmética de normalización había sido un éxito: cambió de nombre y puso a un joven por estandarte. El candidato fabricado de 28 años era el macho alfa, perfecto para obreros y franceses escasamente escolarizados.
Sin embargo…
Para grandes fortunas, la domesticación del Frente Nacional (rebautizado Agrupación Nacional) era preferible antes que una victoria del desobediente Nuevo Frente Popular, promotor de aumento del salario mínimo (SMIC) y de bajar a 60 años la edad de jubilación.
La clase media dominicana lo tiene todo y también lo debe. Casi o en buena parte. Como el país.
La integran hogares recién salidos de la pobreza hasta aquellos que se asoman a la gran fortuna. Emprendedores, grandes consumidores, gestores de lo público y de lo privado, mayores pagadores de impuestos, los hogares de clase media viven sobreendeudados.
Esos hogares de clase media cargan con cinco grandes deudas, entre propias y ajenas, que son las siguientes, comienzo con las tres que le son propias: hipoteca del apartamento, préstamo del carro y la deuda de la tarjeta de crédito.
Las dos ajenas son: la deuda pública consolidada del Estado y el subsidio al Sector Eléctrico.
Tomar medidas que perjudican los ingresos de la población y la rentabilidad de los negocios, como serían los aumentos de impuestos y precios, exige de los gobiernos astucia para engañar y sorprender a los perjudicados, habilidades y recursos para la persuasión y un plan de neutralización de turbulencias sociales previo al anuncio o aprobación.
En suma, el empleo inteligente del poder a disposición para distraer y/o contener el descontento popular. Pero, resulta, que a veces, eso no basta; no es suficiente para que el gobierno se salga con las suyas y las ajenas, por la inesperada razón de que las medidas impopulares podrían ser recibidas como excesivas o inoportunas.
El gobierno dominicano duda entre quemar capital político que requeriría para su reforma constitucional y las ganas de mostrarse dispuesto con la reforma fiscal.
No juego pádel. Todavía. Por lo que he visto, averiguado y me explican, el pádeles un deporte fácil de aprender y sencillo practicarlo.
Ocurrencia de un mexicano por los años sesenta del siglo pasado, el pádel (castellanización de paddle, pala o paleta en inglés), parecido al tennis y al squash, se juega únicamente en parejas.
Mientras en tennis y squash se juega con raqueta encordada, la paleta de carbono y fibra de vidrio del pádel es maciza con agujeros. La pelota es casi idéntica a la del tennis, con menos rebote. La pista es de tamaño reducido (200 metros cuadrados, 10 metros de ancho por 20 metros de largo) y acolchada (resina sintética y césped artificial) lo que implica desplazamientos cortos, con menor impacto en las articulaciones de las piernas.
El problema ya no es Juan Bosch con sus ideas de liberación y ejemplo de dignidad insobornable.
El problema ya no es Danilo Medina, su colosal obra de gobierno, y el ejemplo de que cuando hay amor al prójimo, se puede gobernar para todas y todos.
El asunto ha escalado hasta el descaro: el problema viene a ser el incorregible y desobediente PLD y su *insoportable resiliencia* de “servir al partido para servir al pueblo”.
El guión parece copiado de Wannsee, la conferencia nazi de enero 1942 en la que se acordó lo que llamaron “la solución final a la cuestión, al problema judío”. Dicho en alemán: Die Endlösung der Judenfrage”. Actualizado en RD: “la solución final al problema PLD”.
Dicen por ahí que el PLD perdió la conexión con la sociedad, que ya no se parece a ella, lo que explicaría las derrotas electorales de julio de 2020 y de febrero y mayo de 2024.
Ergo, al haber ganado ampliamente esas elecciones, el PRM sería el vivo retrato de la sociedad dominicana.
No se ría, que yo tampoco.
Sigo: como vivimos bajo el influjo dañino de la privatización de la política, de rentabilizar la militancia y no de servir, según estos señores-, el PLD debería renovarse para parecerse a la sociedad a la que quiere liberar de los males que la envilecen y aquejan.