De haberlo sabido, Lexi Larson de Denver, Estados Unidos, no estaría en shock, en pánico, como lo está. Conocer su historia en Instagram me conmovió.

Resulta que, hace dos meses, Lexi pidió mercancías a China por 30 mil dólares para su pequeña empresa. Con el pedido ya de camino se enteró de que su gobierno, el de Estados Unidos, había puesto un arancel de 100 % a las importaciones desde China. (Entre paréntesis, el gobierno Trump subió luego el arancel a 145 %, por lo que su situación es aún peor).

¿De dónde va a sacar los 37,500 dólares adicionales de arancel más los dólares de flete para poder recibir las mercancías que pidió? ¿Qué hace ahora? ¿Lo recibe, lo pierde o lo devuelve?, se pregunta.

Ella misma no sabe. Está aturdida. Molesta.

En EE.UU. hay medio millón de empresas que importan mercancías desde China y que podrían estar ya en una situación comprometida.

El gobierno Trump alega que los aranceles punitivos a China y al resto del mundo harán America Great Again, porque con el dinero recaudado, calcula, reducirá la deuda pública y bajará a la mitad el déficit fiscal; protegerá a las empresas estadounidenses y contribuirá a la reindustrialización del país.

Me da la impresión de que Lexi está ajena a dichos propósitos y que solo busca comprar a buen precio, vivir de lo que vende y su gobierno se lo complica.

De haberlo sabido, me parece que Lexi Larson no hubiese hecho el pedido. Ahora, si no paga, su empresa cierra, porque se queda sin mercancías. Y si paga, quiebra.

Aquí te dejo su historia👇🏻
https://www.instagram.com/reel/DIM1JulJYxR/?igsh=MTBiOXduZ3duaDRiaA==

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