El Cambio avanza a manera de tropel. Pero con un discurso de culpas ajenas, resultados “deslumbrantes” en su gestión y una praxis llena de dobleces con un esfuerzo de cambios normativos acomodaticios en gran medida. Con la pretensión de modernidad.

En lo fundamental, la mayor parte de las obras importantes reportadas e inauguradas fueron hechas por el gobierno Medina, como el Hospital de Boca Chica, el Hospital de Bonao, la Ciudad Sanitaria, la mayoría de las vías que hoy se inauguran estaban tan encaminadas que en meses ya se concluyeron.

No hubo créditos repartidos en esta continuidad de las labores del Estado. Al parecer, se piensa que la gente de las comunidades ni ve, ni oye ni valora los hechos que ocurren en sus demarcaciones y que sabe bien la verdad de lo ocurrido.

El clientelismo aparece como una de las metas gubernamentales, se eliminará de la práctica política y del gobierno. ¿Cómo entender las desvinculaciones para sustituir por «conmilitones» y sin cumplir las leyes de rigor?

¿Cómo asumir la denunciada situación de la nómina de la Oficina de Desarrollo Provincial multiplicada por ocho?

 Y así va el tropel… entre disimulo y una  propaganda utilitarista de lo que conviene decir, así sean medias verdades.

Sólido, solo el Plan de Vacunación y en veremos los juicios que deben llegar a los tribunales, que son los que deben dictaminar las culpas o las dispensas.

Por demás, ante los pocos “hechos”, tangibles, de realizaciones, la propaganda ha tratado de corporizar en materia observable créditos ajenos, relegando a un segundo plano la realidad de la inflación mortificante y los préstamos indetenibles, minimizando la Peste Africana y su impacto.

Insistiendo en los Estados de Emergencia mientras nos dicen que la positividad está en 5%, la letalidad bajísima y la hospitalización casi ausente. O la Emergencia es innecesaria o los números son dudosos.

Paliza y Pacheco son expertos en el juego de lo útil y lo inútil.