La flor nacional en peligro

28-08-2021
Medioambiente | Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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La flor de Bayahíbe está en peligro crítico de extinción. No quedan poblaciones silvestres. La última fue destruida en 2019 para poner una bomba de gasolina.

Las pereskias, así llamaban los científicos los cactus con hojas de flores vistosas que parecen rosas, son un grupo de ocho especies, de las cuales, en la isla tenemos tres. La misma cantidad que en Colombia, país enorme y continental. Cuba sólo tiene una.

El Ministerio de Medio Ambiente ha anunciado un proyecto de conservación, educación y reconocimiento de Pereskia quisqueyana, nombre de nuestra flor nacional. Nada más loable, si se hace bien. Pero mal empezamos si a la doctorante autoridad en esta familia se la ha dejado esperando para consulta.

Un proyecto como ése debe ser pura ciencia en su fase inicial. Porque, pregunto: ¿de dónde saldrán las cuatro mil plantas de que habla la noticia, si sólo quedan algunas “plantas silvestres” y algunas semillas?

Reproducir con esquejes es aconsejable, pero no en todos los casos. Así que lo primero es asegurar el material genético para generar las plantas progenitoras.

Tres especies, cada una en su sitio y separadas por la naturaleza no deberían juntarse. La hibridación natural entre especies muy emparentadas, como las pereskias, es más común de lo que se pensaba. Si se forman híbridos por efectos de la polinización al llevar la flor nacional del este para el suroeste (porque en cada municipio habrá un jardín de la de Bayahíbe, a decir de la noticia) se corre el riesgo de perder las especies por fusión.

Tres especies igualmente en peligro crítico de las que no sabemos casi nada y queremos sembrar el país con una sola. Si queremos de verdad conservar esas especies lo que hay que hacer es invertir en investigación y monitoreo de las poblaciones naturales que quedan; investigar la genética y biología reproductiva para poder hacer una buena propagación; mejorar las condiciones de vida de los comunitarios cerca de las poblaciones naturales y educar a “titirimundi”.

Lo que ha separado natura, que no lo una ningún ministerio.