Diálogo sin pueblo
Esta semana inició el diálogo convocado por el presidente de la República con la presencia de la mayoría de las fuerzas políticas.
Toda iniciativa de diálogo hay que saludarla porque si se hace bien y con sinceridad puede producir frutos.
Sin embargo, este diálogo inició cojo. El Gobierno plantea 12 temas de reforma y no presenta una sola propuesta. Mal inicio.
En este diálogo se corre el peligro de que las fuerzas que participen sean neutralizadas y le suscriban al gobierno paquetes de medidas que pueden afectar a la clase media y a los pobres, como es el caso de la Reforma Fiscal, aunque le pongan un nombre caritativo.
Si se mira la composición de los protagonistas, faltan representantes de las MIPYMES, los trabajadores, los productores del campo, las mujeres, la juventud, los defensores del Medioambiente y muchos más.
Toda la agenda y lo que se decida va a ser determinante para la vida de esos sectores que no están en la mesa del diálogo.
Con una economía enferma, la calidad de vida en deterioro, con decenas de luchas por las aguas y los bosques, con demandas válidas sobre la salud, seguridad social y los sistemas de pensiones, puede que los partidos políticos le hagan el favor al Gobierno de contener el real descontento de este pueblo con el llamado Cambio.
Una cosa es la gobernabilidad y la otra es para quíen se gobierna y todos sabemos que el Cambio gobierna para los ricos.
Ojalá y abran las agendas porque a todas luces a ese diálogo le falta olor a sudor de quienes sufren la situación de deterioro que vivimos.
A ese diálogo le falta pueblo.
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