¿Creen que fue chepa que aumentáramos aquel 18% en capacidad lectora?
Recientemente, un eminente educador, en uno de los encuentros preparatorios de la VII Conferencia Internacional de Educación de Adultos (CONFINTEA) destacaba dos casos: República Dominicana y Bolivia.
Y subrayaba: disminución del analfabetismo (14% a 5.5%, en RD; 12.3% a 2.3%, en Bolivia), además de cambios institucionales y mejora significativa de los presupuestos.
No se tapa el sol con un dedo. La verdad es tenaz. Avanzamos mucho de 2012 a 2020. Falta ver si las actuales autoridades serán capaces de mantener o superar semejantes logros.
¿Cambiaron para mejor los más de 63 mil desvinculados de las instituciones del Estado, sobre todo los que no han recibido sus prestaciones?
¿Está mejor usted que ya no puede recibir el servicio de calidad y eficiente del Sistema 911?
¿Estarán mejor quienes transitan por las carreteras del país, sin contar con unidades de servicios viales como antes?
¿Mejor ahora la sociedad con menos comunicación gubernamental y más propaganda personalizada de Presidente y Ministros?
El Ministerio de Medioambiente ha anunciado un proyecto de conservación, educación y reconocimiento de Pereskia quisqueyana, nombre de nuestra flor nacional.
Nada más loable, si se hace bien. Pero mal empezamos si a la doctorante autoridad en esta familia se la ha dejado esperando para consulta.
Un proyecto como ése debe ser pura ciencia en su fase inicial. Porque, pregunto: ¿de dónde saldrán las cuatro mil plantas de que habla la noticia, si sólo quedan algunas “plantas silvestres” y algunas semillas?
En lo fundamental, la mayor parte de las obras importantes reportadas e inauguradas fueron hechas por el gobierno Medina, como el Hospital de Boca Chica, el Hospital de Bonao, la Ciudad Sanitaria, la mayoría de las vías que hoy se inauguran estaban tan encaminadas que en meses ya se concluyeron.
Insistiendo en los Estados de Emergencia mientras nos dicen que la positividad está en 5%, la letalidad bajísima y la hospitalización casi ausente. O la Emergencia es innecesaria o los números son dudosos.
Paliza y Pacheco son expertos en el juego de lo útil y lo inútil.
Cuando las cosas van mal, los dominicanos decimos que andan manga por hombro.
Así ha ido el país desde hace un año de nuevo gobierno y parece que seguirá igual o peor.
Con los numeritos de la economía, no se sabe a quien creer; el presidente de la República dice unos, sus funcionarios dicen otros y teniendo a los economistas que enmendarles la plana.
Los RD$18 millones gastados en la obra teatral presentada en el Teatro Nacional salieron precisamente del Fideicomiso RD Vial, recursos que deben ser destinados al mejoramiento del servicio y acondicionamiento de las carreteras.
En la capital, las calles y avenidas asfaltadas no hace un año, ya están deterioradas, con agujeros gigantescos. Y nos referimos a la avenida John F. Kennedy, la 27 de Febrero y su elevado, por poner tres ejemplos.
Están en dificultad porque, por la misma cantidad de dinero, sus clientes ahora compran (reciben) menos alimentos por el alza en los precios.
Venden menos pollos, menos arroz, menos plátanos, menos aceite, menos leche, menos chocolate, menos guandules, menos habichuelas giritas, menos café, menos azúcar, menos pan, menos salami.
Y como todo sube y sigue subiendo, para reponer inventario, los comerciantes deben juntar, en cada ocasión, más dinero. Se están descapitalizando en la incertidumbre.
Me refiero al acto de rendición de cuentas de cada ministro que se pavoneó orondo frente a las cámaras hablando de todo lo mal que estábamos antes y de toda la magnífica obra que se ha realizado en un año.
¿Cuánto nos habrá costado la vitrina montada por el gobierno sobre los cadáveres de millares de cerdos y las angustias de miles de pequeños y medianos productores?
La construcción de los primeros 50 Centros de Atención Primaria, el renacimiento de las zonas francas con apoyo del Gobierno, la disposición de que todas las compras del Gobierno se realizarán a Mipymes, para apoyar su crecimiento, las avenidas circunvalación, el Corredor Duarte y la entrada de República Dominicana como miembro pleno del SICA. Si, en el primer año de Danilo Medina.
En esta lista comparto fechas, lanzamientos y momentos principales que confirman lo dicho en el párrafo anterior
Solo hay que ver el penoso estado de las comunidades que viven aguas abajo del río Maguaca a quienes la minera suministra botellones de agua porque el río está envenenado. Narrado en detalle por una periodista canadiense.
Estos dominicanos deben ser resarcidos por Barrick y ésta debe seguir mitigando el pasivo ambiental en la explotación de Pueblo Viejo y presentar una propuesta preliminar con las localidades alternativas, para que la sociedad civil participe y opine sobre el proyecto antes de que se haga ninguna concesión a la minera.
Tantas promesas recreadas en escenas, como vacunas Covid 19 contratadas. Es más, parecería que piensan que las vacunas solo bajarían la positividad, la letalidad y los internamientos, si solo ellos la inoculan.
Si lo que acabamos de ver no es el montaje de un proceso reeleccionista, que venga Dios y lo vea. Y en realidad, lo que se ve son muchas promesas y pocas obras, aunque se pinte el firmamento mediático de lo contrario.
El primer año del Gobierno del Cambio nos llena de magias y sorpresas con un coro que entona cantos de victoria y glorias al Presidente.
Como si fueran magos y encantadores, todo el gabienete ha desfilado a presentar cientos de logros y obras bajo el sutil relato de que todo es posible por la orientación de su presidente.
Y en verdad son magos, porque esos logros sólo se ven en las pantallas; si le da una vuelta al país no existen y no existen porque no se han realizado.
Esta semana hemos visto a funcionarios modelando en una alfombra por la que desfila sin elegancia la mentira.
«¡Hemos mejorado! Estamos cumpliendo y estamos cambiando… hemos logrado récord en esto y también en aquello», enuncian los titulares.
La gente no necesita que le digan que está mejor. La gente va al supermercado, compra y comprueba. No necesita que le digan que hemos cambiado. Va a la ferretería, compra y comprueba.
Un año después, República Dominicana es otra. Cambió.
No podrá decirse que cambió para mejor, tampoco para volver a ser lo que era antes del Covid-19.
El impacto del desastre sanitario en negocios y familias fue (ha sido) muy desigual.
Esos dominicanas y dominicanas a los que les fue mal y están económicamente convalecientes, no se han recuperado todavía. Peor, han tenido una recaída por la falta de políticas efectivas de remediación del actual gobierno.
Da gusto oír a los funcionarios del “cambio” rendir cuentas de su gestión. Su discurso es de corte bíblico: Antes, todo estaba en tinieblas. Hasta que vino el espíritu del “cambio” y… ¡se hizo la luz!
No se construyó nada antes. Era malo el endeudamiento antes. Cuya razón de ser era el déficit eléctrico sempiterno, principalmente.
Ahora el endeudamiento es una bendición. Aunque sea para almacenar dinero en el Banco Central evitando una devaluación que ya es un hecho con el incremento dramático de precios.