La COVID-19 ha estado sacudiendo, sin aviso previo y por demasiado tiempo, las certidumbres que norman y sustentan la vida cotidiana de las personas, en lo laboral (desempleo, teletrabajo), en la convivencia con familiares y amigos (confinamiento, distanciamiento), en la manera de divertirse y comunicarse y en la producción, comercio y consumo de bienes y servicios.
La obra que estaba entregando le empapaba la cara. No el teleférico de SDE. Ni la línea 2 del Metro. Ni las casi 25 mil aulas nuevas. Ni las avenidas de circunvalación. Etcétera, etcétera.
Sólo ese parador que quiere ocultar en SDE escupe inmisericorde la cara del ministro de Obras Públicas.
La involución está presente en todo. En el 30% que se ha vuelto a pedir para sacar pagos, en los buscones en las instituciones públicas, en el cruce de nómina eliminado, en hospitales operando con luces de teléfonos, en la sensibilidad de los funcionarios ante la crítica ciudadana, en entregar a dedo y por canchanchanería los permisos de importación, en la persecución y la falta de democracia.
¿Cuánto obtuvo el país por la exportación de cal de 2010-2018? 3,825,479.3, según la DGA. ¿Vale la pena? ¿Cuánto cuestan al país los perjuicios ocasionados por la extracción de la caliza silícea de loma Las Filipinas? ¿Cuánto valen los petroglifos de las cuevas del Pomier, patrimonio de la humanidad y hábitat de millares de murciélagos?
La seguridad nacional de República Dominicana necesita un nuevo enfoque estratégico, que los beneficios no minen el progreso de las instituciones y que los intereses dominicanos no puedan ser desdeñados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como acaba de suceder.
En las últimas semanas palpamos malos síntomas y señales por parte del Gobierno.
Por ejemplo:
Por poco dañan el plan de vacunación con el tema de la tercera dosis.
Han reducido la lucha contra el Covid a la vacunación y regular toques de queda. Médicos y especialistas insisten en que se deben de tomar otras medidas más abarcadoras.
Siguen empecinados en poner las esperanzas sólo en el turismo, descuidando el clamor de miles de pequeñas y medianas empresas.
Los casos sobran, pero el más reciente es el de trabajadores de la pesca simpatizantes del partido enfrentados a otro sector pesquero dentro del mismo partido.
Como el camino que se bifurca de Frost, dentro de la federación de asociaciones que constituye el partido de Gobierno, las ramificaciones son incontables, cada una con sus intereses.
Por separado, Carlos Segura Foster (el domingo) y Magín Díaz (ayer lunes) hicieron recomendaciones para atender situaciones precarias y urgentes que están viviendo cientos de miles de dominicanos.
Dos expertos.
El primero, el más experimentado ciudadano dominicano en asuntos agropecuarios y, sin duda, el administrador del Banco Agrícola que mayor prosperidad ha llevado a los campos dominicanos en toda su historia.
El segundo, ex director de Impuestos Internos. Logró aumentar las recaudaciones para el Estado dominicano sin fracturar el tejido empresarial ni espantar la inversión. Caso raro: Magín fue un recaudador que enfrentó la evasión fiscal y que se ganó la confianza de los empresarios.
En lo político, fanatizó importantes sectores, derrocó a Dilma Roussef, impidió el regreso de Lula, lo encarceló, paralizó al PT, instaló un derechista ignorante, fanático y corrupto que inmediatamente procedió a los objetivos económicos del golpe: venta de activos estatales como vaca muerta, eliminación de competidores de la élite empresarial nacional y extranjera, privatización de la Amazonia…
Nacen con una condición especial. Los abandonan a su suerte y a las puertas de cualquier sitio.
En febrero del 2014, en pleno trabajo, los testimonios desgarradores, la inocencia y la indefensión de tantos niños me hicieron repensar hasta en cómo vivía. Danilo fue a visitarles en el proyecto Casa de Luz.
“Vivían” en un primer piso casi cayéndoles encima y a medio construir.
Si están pensando en el acuífero subterráneo, sugiero documentarse bien con los administradores de la residencia de empleados de la ALCOA e IDEAL, quienes conocen las fluctuaciones y limitaciones de esa fuente de agua.
No se han presentado los estudios de impacto ambiental, como manda la ley 64-00. No confundir con los de factibilidad, que no son lo mismo.
Desde el año 2020 se iniciaron estudios observacionales y algunos aleatorios en fase II sobre los efectos del tocilizumab, incluyendo a Roche. Entre ellos, el estudio Recovery (Randomised Evaluation of COVID 19 Terapy), que ofrece evidencia sobre desenlaces clínicos en pacientes COVID 19 que requerían hospitalización.
No confundamos el manejo clínico de pacientes con el manejo de salud pública y epidemiológico de pandemias… Evidencias, evidencias y un poco de paciencia razonable.
El gobierno del Cambio nos lleva rápido y vamos acumulando muchos olvidos.
Viene bien un pequeño repaso.
Todo indica que la crisis va para largo y nada apunta a que van a retomar los programas de asistencia Quédate en Casa, Pa Ti y otros que servían de soporte a la población.
La pobreza va a crecer y como país vamos a retroceder casi dos década
Uno no quiere ser pesimista, pero cuando se repasa la realidad, todo indica que vamos por mal camino y quienes nos gobiernan, parece que ni se enteran o no les importa la suerte de este pueblo.
Sorprende ver al Presidente que dijo que no trazaba líneas a los legisladores de su partido, ahora inmerso en esos menesteres.
Dijo eso en referencia a las 3 Causales del aborto en el Código Penal, una iniciativa condenada a un ingrato futuro en el Congreso, pues no tiene el apoyo del Presidente.
Falta movilizar a aquellos que aún no se han vacunado por primera vez. Falta que aquellos que recibieron la primera dosis completen con la segunda. Igualmente, faltará persuasión para convencer a aquellos que ya recibieron las dos dosis y que ahora descubren por boca de la jefa del gabinete de Salud que deben ponerse una tercera vacuna (y distinta) en 30 días, es decir, 15 o 10 días después de que la segunda dosis haya hecho plenamente su efecto inmunizador.