Reconstruir confianza
Fideicomiso de la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC) es una reacción de origen empresarial a la desobediencia política.
Podría entenderse como valladar disuasivo a futuras insolencias o delirios de independencia de los políticos.
No hay confianza de grupos empresariales en la gestión o posibles destinos de la propiedad de un bien tan preciado como CTPC.
El fideicomiso permitiría tenerla, por lo pronto, bajo control y evitar sorpresas.
La desconfianza empresarial es hacia todos los políticos, no importa si son del PLD, de la FP o del mismo PRM. Es lo que se conoce como la antipolítica, relato que visibiliza a los políticos como gerentes ineficientes y corruptos.
Pero lo es también hacia el Estado (espacio de acción de la política) y de las funciones reguladoras y exorcizadoras de los demonios del mercado.
La clave para entender el contrato de fideicomiso de CTPC radica en la composición del Comité Técnico (sin políticos ni funcionarios) estructurado para ofrecer a los empresarios garantías de predictibilidad y blindaje de influencias políticas.
El asunto es que CTPC es un bien público, propiedad y de interés de todos los dominicanos.
Una decisión fundada en la desconfianza termina siendo fuente de conflictos entre los intereses presentes en el Estado.
El riesgo es la deriva Bukele o el daño por sobreendeudamiento a lo Macri.
La confianza se reconstruye conversando, no confrontando. Esa es la tarea tanto de políticos como de empresarios.–
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