La gente recuerda

23-01-2022
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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La gente tendrá que recordar, incluso los que no quieran, quién creó las condiciones para que el país fuera ejemplo de manejo económico ante la región. 

La gente ha tenido que recordar los tristes apagones, y tendrá que comparar quién ofrecía luz 24 horas y quién se las quitó. Ahora sin Punta Catalina, para volver a arrodillarnos ante los generadores. 

El mundo y los Derechos Humanos recordarán quién deporta niños y niñas hacia un país que no conocen, solos y mientras caminaban hacia su escuela. Nos dejan a pocos pasos de las jaulas de Trump.

Los campos recordarán la prosperidad y sus cosechas, y recordará quién se la llevó mientras destruía, por caprichos y negocios personales, una estructura de producción que garantizaba la seguridad alimentaria, a costos accesibles y el bienestar de sus productores y sus comunidades.

Las familias tendrán que recordar cómo recibían el apoyo del Gobierno para la alimentación de sus hijos, cubriendo el 70% de los nutrientes diarios necesarios, así como la utilería escolar que les daba tranquilidad en cada año. También tendrá que recordar quiénes las dejaron perderse en almacenes. Educación al precipicio, junto con la Tanda Extendida. 

La gente recuerda la alharaca por cada préstamo, tal y como lo empieza a hacer,  y no duda en mostrarles lo indecente de su política y su incoherencia.

Recuerdan las fórmulas prometidas y el juego de mentiras que hoy les toca sufrir a quienes lo pusieron como norma.

Recordará los recortes de presupuestos a salud y otras áreas, el aumento de la partida publicitaria, quién entregó Barahona para explotación y permitió que se robaran las Dunas de Baní, el aumento de la energía eléctrica que no reciben, la poca transparencia en los procesos que ya no se hacen públicos y la corrupción que le quita el desayuno y almuerzo a más de un millón de niños y niñas por el desastre del INABIE.

La gente recuerda la tranquilidad que daba contar con un 911 funcionando en plena emergencia o que, al quedarse en las carreteras, por cualquier razón, tendrían solución. 

Y recordarán poder arreglar su casita sin que los materiales de construcción subieran de precio de un día para otro, que el agua no tarde meses en llegar, que lo público no fuera de dos o tres, que los hospitales superaran a muchas clínicas privadas y que no faltaran medicamentos.

Y lo hacen por dolor en el bolsillo, por miedo, por esperanza o por ser «cubiao». 

 ¿La gente? La gente recuerda. Es cuestión de tiempo.