Ya termina el año, de nada vale lamentar lo que pasó, es tiempo de renovar esperanzas.
Ojalá y quienes nos gobiernan ajusten el rumbo y se dediquen con esmero a ejecutar políticas públicas en beneficio de quienes más necesitan.
Los dominicanos y dominicanas nos merecemos un año 2022 con más equidad y bienestar.
Como sacado de un cuadro de comedia, el Gobierno tomó la decisión administrativa de pedirles a artistas que por favor, porque no hay sentencia judicial alguna, devuelvan los 100 millones de pesos regalados la Navidad pasada. Si está dentro de sus posibilidades…
Para tamaño escándalo, resultan pobres y cortos los escasos dos párrafos en los que la Dirección de Contrataciones Públicas trató de explicar que artistas debían devolver el dinero.
Temo decepcionar a unos y a otros que esperan/temen/desean que la presidencia de Gabriel Boric sea una reedición de la Unidad Popular 1970-73 que encabezó Salvador Allende, en naturaleza, ritmo y retórica.
Son otros estos tiempos -sobra decirlo, y es mucha la sabiduría acumulada por las fuerzas económicas, sociales y políticas chilenas -me consta- en el análisis y estudio de su historia, en particular la de los últimos 50 años.
Dice el pueblo que quien no sabe para dónde va ya llegó y eso le ocurre al gobierno PRM-Adivinaver. Su plan y norte parecen ser los beneficios que consiguen del ejercicio del Poder los dirigentes perremeistas devenidos en funcionarios y sus respectivos grupos de negocios, fideicomisos incluidos.
ientras, el país es un barco que pintan bonito en sus fieles medios de comunicación. Un Titanic impresionante pero en rumbo ineluctable hacia la trágica colisión.
Cada año, un grupo de amigos reunimos el deseo de alegrar y ayudar a otros y los entregamos en forma de juguetes en hospitales infantiles.
Como consecuencias del Covid-19 no podremos entrar a los hospitales, por lo que ahora nos preparamos para ayudar a la Escuelita Dios es Fiel en Dajao, Haras Nacionales, Santo Domingo Norte.
Con el cambio climático disminuyendo las precipitaciones y con tendencia a la sequía según los modelos de treinta años para el país, los embalses no son la mejor estrategia para conservar el agua.
Cualquier infraestructura que se construya en cuencas que no están en el estado de conservación adecuado para la captación del agua está en riesgo, como bien dice el INTEC, porque ¿con qué agua se llenarían esos embalses para mantener los niveles necesarios para producir electricidad y regadío?
Los dominicanos llegamos a la Navidad de este año habiendo sorteado todo tipo de situaciones, una muestra más de que este pueblo está lleno de gente buena y trabajadora.
Miremos los detalles simples de la vida, cantemos, bailemos y abracemos para llenar esta Navidad de toda la solidaridad y el cariño que tanto vamos a necesitar los dominicanos en los años por vivir.
Once meses han pasado desde que en enero el Presidente anunciara «medidas sin precedentes» para llevar la libra de pollo a 50 pesos.
Diez meses han pasado desde que en febrero el mandatario anunciara desde el Congreso Nacional en Rendición de Cuentos que el Gobierno iba a construir en 2021 más viviendas de las construidas por el Invi en 60 años.
Todos ellos, empresarios y trabajadores, resistieron las adversidades y enfrentaron la tentación de la depre con más trabajo, con más humor, con más gallardía y con más creatividad. Con todo lo que hemos vivido y sus pesares, gracias a ellos salimos adelante.
Aún con la brisa en contra de la inflación importada, aún lesionados por el Covid-19 y más aún desilusionados temprano por el desamor del Gobierno hacia su prójimo necesitado en el campo y en los barrios.
No debió ocurrir que a pocos días de instalado aquí el reino celestial de la ética y la moral se destapara un fraude multimillonario en la Lotería Nacional.
En el reino puro que se nos prometió no debió ocurrir que Educación pagara mil trescientos (1,300) millones de más en una “pequeña” licitación.
Tampoco debió ocurrir que ese mismo MINERD tuviera que suspender dos concursos para maestros por manejos dudosos.
La construcción del consciente colectivo de las sociedades tiene mucho o todo que ver con la construcción de los relatos. Porque no, la importancia de la narrativa no es cosa nueva.
Las discusiones deben llevarnos a generar un futuro diferente, más positivo que el presente. Y es tarea de todos hacerlo con un debate más constructivo, que reivindique la democracia, que deje de abrir más heridas y grietas. La prensa, partidos políticos y organizaciones de todo tipo deben jugar su papel en esto.
Llamamos la atención de las autoridades y las ONG relacionadas a las AICAs para que atiendan el reclamo de los campesinos y medien en este conflicto entre los cafetaleros y ambientalistas para que se resuelva a favor de la conservación y se convierta esta zona de Loma la Botija y picos aledaños en un Corredor Biológico para proteger las más de 12 especies de aves de distribución restringida y de bosques de montaña nublados que allí viven y motivaron la creación de esta AICA de Matadero.
En las últimas semanas desde el Gobierno y sus instituciones nos venden el relato de que la economía está mejor que hace décadas, que hemos crecido como nunca antes y que los logros del Cambio son majestuosos.
Pero si usted se pone a pensar, no hay que ser experto en economía para saber que algo no cuadra.
Si lo que dice el Gobierno es cierto, entónces no se explica el deterioro de la calidad de vida de la clase media y los pobres.
Más allá de la mentira, ésa que fue el Presidente y sus funcionarios a contarles a los pobladores de San Juan, ya estos habían recibido durante 2012-2020 nueve farmacias del pueblo, dos hospitales y dos centros de atención primaria; un Centro de Atención Integral para la Discapacidad, 46 nuevas escuelas para 17,220 estudiantes y 384 títulos de propiedad.
Más allá de la negación de lo que se había hecho, fueron el Presidente y sus funcionarios a fingir que les importan los sanjuaneros, declarando EMERGENCIA en la provincia. Nueve meses más tarde, no ha emergido una obra. ¡Vaya emergencia!
En algún lugar leí, no recuerdo donde ni quien escribió, acerca del “Gobierno desechable”. Aquel que haría lo que vino a hacer, misión cumplida y adiós.
El gobierno desechable vendría a ser una suerte de “rebeldía o disrupción conceptual” (y práctica agregaría yo) al fetichismo de “lo sostenible”, tan en boga por el afán conservador que se ha apoderado de todos (incluyéndome a mi) frente a los desmanes de la improvisación y de la depredación.