Se oscurecen los cielos del cambio

11-07-2022
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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Es probable que a estas alturas del juego algunos de los más conspicuos representantes del gobierno hayan comprobado que no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar.

Que no debe tirar piedras quien tiene techo de cristal. Que es muy fácil ver la viga en el ojo ajeno y hacerse el loco con la que tenemos en el propio.

Que es un problema desatar los demonios de la persecución y el populismo judicial pretendiendo una ética y una moral que a cada rato se pone en entredicho.

Que a dos años los escándalos no disminuyen sino que van en estrepitoso crescendo.

Que al primer escándalo en el Plan Social le siguieron el de la Lotería, los de Educación, los del INABÍE, el del INPOSDOM, el de Supérate, el de Medioambiente, el de los Programas Especiales de la Presidencia y muchos otros sobre los que se ha echado arena y sólo hemos podido ver el humo, pero que ya saldrán.
El Proyecto de Ley de Extinción de Dominio puso la tapa al pomo.

¿Por qué no quiso el gobierno incluir la elusión fiscal?

¿Porque podría ocurrir un terremoto que no dejaría un solo santo en el altar?

¿Porque hasta el mismísimo Presidente podría tener que dar cuenta de lo que guarda en paraísos fiscales?

¿Qué ruidos se harán de aquí al 16 de agosto para tratar de calmar la tormenta que crece y oscurece los cielos del cambio?