Te violan y te asesinan, sin importar la edad, y lo que se cuestiona es cómo ibas vestida o qué hiciste para ganártelo.
Las madres deben salir a trabajar para mantener a sus hijos solas, a merced del “échamele un ojo” de todo el barrio
Niñas que deben ocuparse de la casa y de sus hermanitos, teniendo apenas 10 años. “Porque es hembra, debe prepararse para cuando se case”.
En el occidente, la destrucción histórica de la minería dio paso a las tumbas para carbón y siembra de aguacates. Pensábamos que la Mercedes estaba cerrada, pero camiones colectan “muestras” de ¡nueve mil toneladas! Nadie sabe para qué.
El Bahoruco oriental, con mucho menos territorio que el occidental, está desapareciendo a razón de más de veinte mil toneladas por embarque gracias a la segunda concesión a la Belfond Enterprise en el 2015.
Reforzar la vigilancia sin pruebas es un imposible, con el agravante del traslado a la gente del costo de la PCR, aumentando su gasto de bolsillo en salud.
El país debe sumarse a las presiones internacionales sobre los países desarrollados para encontrar alternativas ante la ausencia de vacunas suficientes para el resto de países pobres.
Liberalizar el comportamiento social frente a la pandemia es un despropósito.
Los gobiernos se eligen para que los pueblos avancen en la solución de problemas, y este gobierno camina al revés. Lleva 8 meses inventando y por cada invento, crea problemas y líos que afectan la población.
Entre líos y problemas cada semana, una cosa queda clara, el Gobierno del Cambio solo sabe empobrecer y abandonar a la población.
Hoy la Cámara de Diputados da el frente o la espalda a la mitad de la población dominicana: a las mujeres. Hoy será un gran día o un miércoles triste, plomizo de abril.
Por desobedecer la sinrazón, la misoginia y el control religioso sobre sus vidas, podrán llamarlas desobedientes (y al PLD también por apoyarlas) ¡qué importa!, si estas mujeres -con sus pañuelos verdes- obedecen a su libertad de decidir en las 3 Causales.
Son dignas desobedientes. Yo, también.
Todo seguirá ahí: El 911, Punta Catalina, la jornada escolar de ocho horas, sus más de veinte mil aulas y estancias infantiles, la Ciudad Sanitaria Luis E. Aybar, Ciudad Juan Bosch, Riíto y el Museo del Carnaval en La Vega.
En las redes somos libres y rehenes. Tenemos el poder de hacer cosas y donde los demás lo permiten.
Sirven para hacer política y, sobre todo, para entender que un like o un rt no es un voto.
Si abril del ‘65 fue lucha por democracia y soberanía, hoy nos convoca con pañuelos verdes de mujeres maltratadas, por campesinos a los que han arrebatado el crédito, por jóvenes sin certezas que claman esperanza.
Sin haber arrancado el Hemocentro, aumentan la nómina un 53% y despedido parte de los recursos humanos ya entrenados para traer hasta a ginecólogos y cardiólogos.
Quisiera que la situación en nuestra isla fuera más halagüeña, pero no. Desde junio pasado lo dijimos y el cambio (no el climático, sino del PRM) solo la ha empeorado.
Las dominicanas tienen limitados los derechos a la vida y la salud desde la fundación de la República, que es lo mismo que decir desde hace 177 años. Para ellas no ha habido democracia en ese aspecto.
Hay un atraso con el despacho desde China de 1 millón de vacunas correspondiente a marzo, camino a juntarse con otro de 2 millones de abril con la misma China.
Duele la contrarreforma desatada por el gobierno. Inició con cancelaciones masivas de docentes contratados por concurso, el traslado o cancelación de directivos escolares y la incorporación, al viejo estilo, de miembros PRM.
El cambio de Argentina fue Macri.
El cambio de Estados Unidos fue Trump.
El cambio de Brasil fue Bolsonaro.
El de República Dominicana, Luis Abinader.
Los tres primeros ya sabemos cómo terminaron. El último, ya sabemos cómo va.