De una crisis a otra

28-11-2021
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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Gobernar y comunicar no es su fuerte. Así de entrada, porque ya lo conocemos todos. 

Más allá de que necesiten un manual para gobernar y comunicar, debemos concentrarnos en las consecuencias que todo esto dejará. Porque, de una crisis a otra, sin respiro y sin asimilar la anterior, sus encargados de aclamaciones minimizan y justifican con un brochazo de  «él tiene buenas intenciones», para exculpar a la cabeza de todo. 

Fuera del meme, las burlas y las tendencias, sus acciones van minando la paciencia y el propio bienestar de la gente.

Porque, más allá de la mentira del mencionado récord en la producción de arroz, por ejemplo, va quedando un sistema agropecuario hundido en el desorden y la insuficiencia de los alimentos. Lo vemos en los productores de cerdos, cebolla, zanahoria, pollo, habichuelas, papas y otros rubros. 

Lejos de ser una «gracia», cada metida de pata del Presidente y sus ministros van desconstruyendo la calma y el bienestar, y nos vamos convirtiendo en una sociedad donde con risas y tuits ocultamos los problemas que nos heredará este cambio. Elija usted el sector que más le guste y analícelo. 

Que con un Ministerio Público y una Cámara de Cuentas atadas al cinturón Ejecutivo, la institucionalidad va quedando en un suspiro de democracia. Lo reconocerá usted en cualquier momento, cuando le toque probar un sorbo de independencia, donde se vulneren sus derechos sin miramientos. 

En manos de un empresario, no político, poco a poco vamos perdiendo las fortalezas de lo público, donde todo queda en manos de gente sin compromiso con los más vulnerables. Gente que no cree que el Estado pueda ser capaz de crecer y mantenerse sin la sagrada mano del sector privado. 

Y ni hablar, por supuesto, del Congreso dominicano y las recientes declaraciones del Director de la Policía Nacional. En el mismo país que se penaliza el aborto bajo las 3 causales, se condena a las madres solteras. Lo he dicho anteriormente: el problema de esos pensamientos es que salen de sus cabezas y se convierten en cultura y leyes. 

La excusa, el decreto de sustitución y las etiquetas en tendencia no borran la realidad: vinimos a caer en malas manos, a mala hora.