2025: año de la recuperación nacional
Es probable que me hayan visto usar esta frase a modo de broma en Twitter, pero no lo es.
Por supuesto, hay cosas irrecuperables, a cuya destrucción contribuyen poderes interesados, con ayuda de los medios de comunicación en defensa de esos mismos intereses.
Son esos medios, parte del tan mencionado Lawfare, conscientes de su papel en este juego, para quienes ya no existen ni las hipótesis, ni la presunción de inocencia ni la vergüenza. Pocos guardan las formas. Ya habrá tiempo para abordarlo.
Y esto sí que no es broma: hay quienes nos quieren derrotados, sumidos en el fracaso. No les gusta la democracia, ni el pensamiento crítico y, mucho menos, la esperanza. Todo va bien como está. Así de mal nos quieren, porque así va bien el negocio. No importa si el negocio es de la venta de portadas, de contratos publicitarios o la de generar crisis para vender salvación.
Siempre habrá que buscar y hablar de la esperanza. Porque, escuché a Lula decir en el encuentro «Construir futuro: retos y alianzas populares», que aquel que nace para la lucha, ya no es dueño de sí.
Y hay mucho que recuperar. Empezando por esa negación de la política que solo les interesa a esos sectores.
No solo habrá que recuperar la siembra en las montañas que eliminó el conuquismo y llevó reverdecimiento y bienestar a esas provincias, o las calles y avenidas que se deterioran sin atención. O la garantía que daba a las familias el programa de alimentación escolar, o que los procesos vuelvan a ser transparentes, sin denuncias de cientos de proveedores sobre ellos.
Hay que recuperar la institucionalidad, que la gente viva con paz y dignidad, que comer tres veces al día no sea un anhelo, que volvamos a recibir atención de calidad del 911 y que la seguridad vial en las carreteras siempre esté para nosotros, que las mentiras y el odio no nos ganen y se siga convirtiendo al país en una carnicería, con una justicia de circo a falta de pan.
Es posible recuperarnos. Y estamos condenados a hacerlo mejor de lo que ya se hizo. Recuperaremos una sociedad cada vez más desintegrada, más dividida y violenta.
Recuperaremos, incluso, que cada año tenga un llamado estratégico, donde todos trabajemos con una meta común. Iniciará en el 2024. El 2025, será el año de la recuperación nacional.
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