Nuestras playas en peligro
Quien contamina y destruye un manglar debería pagarlo, no los ciudadanos y ciudadanas que ni siquiera recibirán ganancias de los negocios. Pero así son y serán las cosas en un país huérfano de autoridades ambientales.
Quien contamina y destruye un manglar debería pagarlo, no los ciudadanos y ciudadanas que ni siquiera recibirán ganancias de los negocios. Pero así son y serán las cosas en un país huérfano de autoridades ambientales.
La clase media dominicana lo tiene todo y también lo debe. Casi o en buena parte. Como el país.
La integran hogares recién salidos de la pobreza hasta aquellos que se asoman a la gran fortuna. Emprendedores, grandes consumidores, gestores de lo público y de lo privado, mayores pagadores de impuestos, los hogares de clase media viven sobreendeudados.
Esos hogares de clase media cargan con cinco grandes deudas, entre propias y ajenas, que son las siguientes, comienzo con las tres que le son propias: hipoteca del apartamento, préstamo del carro y la deuda de la tarjeta de crédito.
Las dos ajenas son: la deuda pública consolidada del Estado y el subsidio al Sector Eléctrico.
Recuperar la mística del servicio es lo único que puede volver a hacer del PLD el más poderoso partido de República Dominicana.
Esa mística sólo se consigue en el camino de regreso hacia el pueblo. Camino que conocemos muy bie
Hay muchísimos ciudadanos conscientes y respetuosos del medio ambiente y de nuestra biodiversidad. Quienes no hacen su trabajo de hacer cumplir las leyes y la Constitución que juraron hace ya casi cuatro años, son ustedes.
Tomar medidas que perjudican los ingresos de la población y la rentabilidad de los negocios, como serían los aumentos de impuestos y precios, exige de los gobiernos astucia para engañar y sorprender a los perjudicados, habilidades y recursos para la persuasión y un plan de neutralización de turbulencias sociales previo al anuncio o aprobación.
En suma, el empleo inteligente del poder a disposición para distraer y/o contener el descontento popular. Pero, resulta, que a veces, eso no basta; no es suficiente para que el gobierno se salga con las suyas y las ajenas, por la inesperada razón de que las medidas impopulares podrían ser recibidas como excesivas o inoportunas.
El gobierno dominicano duda entre quemar capital político que requeriría para su reforma constitucional y las ganas de mostrarse dispuesto con la reforma fiscal.
Ya solo queda ver qué tanto quedará de lo que fuimos y, a los que no tienen pa’ dónde coger, acompañarlos en su sufrimiento.
El cambio nos está dejando un país diferente, pero mucho peor del que teníamos.
Nublado estaba aquel día
cuando escuché el estallido.
Por abusos del marido
se querellaba María
y entrando a la Fiscalía,
José Valdez Amarante,
apuntando desafiante,
en la frente, con certeza,
le disparó en la cabeza
y la mató en un instante.
No juego pádel. Todavía. Por lo que he visto, averiguado y me explican, el pádeles un deporte fácil de aprender y sencillo practicarlo.
Ocurrencia de un mexicano por los años sesenta del siglo pasado, el pádel (castellanización de paddle, pala o paleta en inglés), parecido al tennis y al squash, se juega únicamente en parejas.
Mientras en tennis y squash se juega con raqueta encordada, la paleta de carbono y fibra de vidrio del pádel es maciza con agujeros. La pelota es casi idéntica a la del tennis, con menos rebote. La pista es de tamaño reducido (200 metros cuadrados, 10 metros de ancho por 20 metros de largo) y acolchada (resina sintética y césped artificial) lo que implica desplazamientos cortos, con menor impacto en las articulaciones de las piernas.
Desde que llegó, el presente gobierno mostró su catadura oligárquica. De nuevo el frente oligárquico castra la democracia dominicana y los objetivos de Los Trinitarios. Como en 1810. Como en 1861. Como en septiembre de 1963. Como en abril de 1965.
Irreverente y audaz, bebió de los ritmos en campos y barrios y los fue convirtiendo en música y poesía que sintetizan nuestra diversidad cultural. En homenaje a Luis, en este momento incierto, con la esperanza rota y llenos de incertidumbres en nuestro país, compartimos en Ojalá su poema.
2023, el más caluroso desde que hay registros, fue un año récord en RD con 860 incendios forestales que arrasaron 385,860 tareas, según Medioambiente.
El balance de todos estos números da negativo para la cobertura, los incendios y hasta para el agua considerando la pérdida de vidas, bienes y suelo por las inundaciones de La Niña.
El problema ya no es Juan Bosch con sus ideas de liberación y ejemplo de dignidad insobornable.
El problema ya no es Danilo Medina, su colosal obra de gobierno, y el ejemplo de que cuando hay amor al prójimo, se puede gobernar para todas y todos.
El asunto ha escalado hasta el descaro: el problema viene a ser el incorregible y desobediente PLD y su *insoportable resiliencia* de “servir al partido para servir al pueblo”.
El guión parece copiado de Wannsee, la conferencia nazi de enero 1942 en la que se acordó lo que llamaron “la solución final a la cuestión, al problema judío”. Dicho en alemán: Die Endlösung der Judenfrage”. Actualizado en RD: “la solución final al problema PLD”.
Mientras debatimos en grupos de tres la falta de valor y entereza de los nuestros, celebro la gallardía de los franceses.
«Lo que puede bloquear a los extremos es ir a votar», dijo Thierry. Porque el fútbol es mucho más que el deporte rey. Han sido un buen par de golazos.
El audaz plan que maquinan
muy pronto se hará efectivo
pues con el Ejecutivo
y el Congreso que dominan
dos reformas se avecinan:
una constitucional
y la otra, que es fiscal.
Agua viene; suena el río.
Se lo digo, amigo mío
¡Ese huevo quiere sal!
La reforma a los impuestos en la que se insiste, terminará siendo un fracaso fiscal, empobrecimiento para la clase media empresarial y asalariada, crimen contra los pobres y normalización de un mal gobierno.
La preocupación de los reformadores y sus bien educados economistas es la sostenibilidad de las finanzas del Estado. ¿Les preocupará a ellos la sostenibilidad de las finanzas de las familias y la rentabilidad de los negocios?
¿La sostenibilidad, por ejemplo, del creciente endeudamiento récord de las familias dominicanas con las tarjetas de crédito? ¿O la sostenibilidad de la hipoteca del apartamento con tasas de interés variables y en alza no mortifica a los reformadores? ¿La sostenibilidad del gasto en alimentos, del gasto de bolsillo en medicinas y del gasto en electricidad y apagones, no urge atenderlo?
Dígame usté si no es insostenible la vida cotidiana del pueblo dominicano. Lo es. No se aguanta.