
Juan Bosch y la educación política del pueblo dominicano
Continuar la educación política del pueblo dominicano es hoy más necesario que nunca. ¿Estará el PLD en condiciones de dar continuidad a esa tarea que le asignó Juan Bosch?
Continuar la educación política del pueblo dominicano es hoy más necesario que nunca. ¿Estará el PLD en condiciones de dar continuidad a esa tarea que le asignó Juan Bosch?
Al reducir el costo del crédito, se estimula la demanda de viviendas y proyectos productivos, mientras las entidades financieras ganan margen y liquidez.
¿Es ésta una solución definitiva al panorama económico? No. Es un alivio, necesario pero insuficiente.
Ya basta de chistes y sonrisas adoquinadas en las ruedas de prensa en el Palacio Nacional. Como si, fuera de la mentira, no existiera la verdad.
Como si la gente no padeciera por tanta indolencia, por tanta indiferencia de un Gobierno que empobrece a su pueblo, que ensancha la desigualdad social.
Da lástima oír las denuncias de los más de 30 mil vecinos de aquella comunidad sobre el deterioro de los servicios públicos de todo género y de los riesgos de salud en que se encuentran habida cuenta de que la CAASD hace tiempo les sirve agua contaminada.
Es fundamental que el gasto ambiental continúe aumentando para enfrentar los problemas ambientales antes de que colapsen ríos y bosques, ecosistemas asediados por la codicia extractivista, pero también hace falta voluntad política para que los funcionarios no miren hacia otro lado.
Muchos dominicanos están teniendo que utilizar la tarjeta de crédito no como herramienta de pago sino como un complemento a ingresos insuficientes.
Los algoritmos premian muchas veces la ocurrencia ante la sustancia, pero la gente necesita liderazgos que, más allá de entretener, los inspire, los guíe y los represente.
Ojalá que El Nuevo Domingo Savio –una de las grandes iniciativas del gobierno 2012-2020—sea la excepción, como dicen, y que pronto el Gran Santo Domingo pueda ver a sus familias reivindicadas y completamente saneado y recuperado “el Ozama undoso” de nuestros poetas del siglo XIX.
Me pregunto, si vale la pena mutilar esta riqueza creada por varias generaciones de botánicos, naturalistas y funcionarios para ampliar una avenida.
El presidente busca elevar los ingresos vía impuestos indirectos, es decir aranceles, a cambio de pasar la Ley “The One, Big, Beautiful Bill”, que extiende los incentivos fiscales otorgados en 2017 y agrega otros nuevos.
El abandono del Proyecto La Cruz de Manzanillo, en Montecristi, por parte del Gobierno PRM, desde el punto de vista social y económico, a todas luces, es un absurdo.
No se sorprenda si casi el 40% de los dominicanos y dominicanas, según mediciones recientes, entienden que nuestra educación ha empeorado en los últimos años.
No han sido suficientes las vidas de Francisco Ortiz, por el Tireo, y de Sixto Ramírez, por el Nizao. Porque para el Ministerio de Medioambiente, en esta Gestión de papel, como dijera, el gran Pablo Milanés, “la vida no vale nada”.
La inversión pública no está ejerciendo su rol de dinamizador del sector. El gobierno solo destina el 2 % del PIB, por debajo del promedio histórico y la mitad de lo recomendado.
Educar políticamente a la población no puede ser una tarea secundaria. Los partidos tienen la responsabilidad de formar a su militancia y a la ciudadanía en general.