La Ciudad Juan Bosch es uno de los proyectos modelo de la administración Medina (2012-2020). El Estado dominicano aportó terreno e infraestructura fundamental para que el sector privado desarrollara proyectos habitacionales accesibles para empleados públicos y clase media en general.

Iba “viento en popa a toda vela”, como el viejo poema de Espronceda. Más de treinta mil dominicanos y  dominicanas de clase media pudieron realizar allí el sueño de conseguir una vivienda digna a precio y financiamiento a la medida de sus posibilidades.

Contaban con servicio de policía las 24 horas, supermercados, hospitales, escuelas y talleres para jóvenes y niños, áreas de esparcimiento y servicios de agua, luz, transporte, comunicación permanentes con calles amplias, limpias y vigiladas.

El proyecto está concebido para unas 25 mil viviendas, esto es, para más de cien mil personas.

Cientos de familias dominicanas residentes en EE.UU. se retiraron a vivir allí y millares de familias dominicanas estaban en proceso de resolver su problema de vivienda en aquel proyecto modelo hasta que llegó el “cambio” y sobrevino la parálisis.

Da lástima oír las denuncias de los más de 30 mil vecinos de aquella comunidad sobre el deterioro de los servicios públicos de todo género y de los riesgos de salud en que se encuentran habida cuenta de que la CAASD hace tiempo les sirve agua contaminada. Hasta para sus necesidades elementales de baño tienen que comprar agua embotellada.

Ciudad Juan Bosch es hoy otro proyecto estancado por los altos costos a que escaló la vivienda y por la indolencia gubernamental.

Pero no hay que sorprenderse. Paralizados están el proyecto La Cruz, en Manzanillo, todos los pequeños y medianos proyectos agropecuarios, la construcción de escuelas y hospitales y casi toda la economía dominicana  por la incompetencia de un gobierno para tutumpotes.