El Nuevo Domingo Savio
Tan pronto se juramentó el 16 de agosto del 2012, lo primero que hizo el presidente Danilo Medina fue dirigirse hacia La Barquita, ribera del río Ozama, acompañado del padre Alegría, párroco de aquel lugar.
Tenía en su programa la recuperación de aquella zona fundamental de la Capital y sacar de la calamidad a casi dos mil familias. Así empezó la recuperación del Ozama.
Poco tiempo después, la URBE, institución creada para tal fin, entregaba nuevos apartamentos a las familias y nacía La Nueva Barquita. La vieja se convertía en un parque reforestado.
Con la experiencia ganada, el presidente Medina acometió la remodelación y recuperación de La Ciénaga, Los Guandules y entorno: nacía el proyecto Nuevo Domingo Savio: pavimentación de calles, creación de accesos a esos barrios, instalaciones deportivas, escuelas, una avenida que bordea el Ozama, etcétera, y, tan importante como aquello, la construcción de una enorme planta de tratamiento de casi todas las aguas residuales del norte de Santo Domingo.
La impresionante planta de tratamiento fue terminada y faltaría saber hasta dónde ha llevado el gobierno Abinader-PRM todo el gigantesco plan de recuperación del Ozama acometido por Medina, porque, si en algo ha sido eficiente el “cambio”, ha sido en paralizar cuanto estaba en marcha hasta 2020.
Paralizado fue el 911, la construcción de estancias infantiles, centenares de nuevas escuelas, el programa de alfabetización, todos los proyectos agropecuarios fruto de las visitas sorpresa, la construcción y remozamiento de hospitales, el proyecto La Cruz, en Manzanillo, y paralizado luce el país a cinco años del cambio Abinader-PRM.
Ojalá que El Nuevo Domingo Savio –una de las grandes iniciativas del gobierno 2012-2020—sea la excepción, como dicen, y que pronto el Gran Santo Domingo pueda ver a sus familias reivindicadas y completamente saneado y recuperado “el Ozama undoso” de nuestros poetas del siglo XIX.
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