Los gobiernos se eligen para que los pueblos avancen en la solución de problemas, y este gobierno camina al revés. Lleva 8 meses inventando y por cada invento, crea problemas y líos que afectan la población.
Entre líos y problemas cada semana, una cosa queda clara, el Gobierno del Cambio solo sabe empobrecer y abandonar a la población.
Hoy la Cámara de Diputados da el frente o la espalda a la mitad de la población dominicana: a las mujeres. Hoy será un gran día o un miércoles triste, plomizo de abril.
Por desobedecer la sinrazón, la misoginia y el control religioso sobre sus vidas, podrán llamarlas desobedientes (y al PLD también por apoyarlas) ¡qué importa!, si estas mujeres -con sus pañuelos verdes- obedecen a su libertad de decidir en las 3 Causales.
Son dignas desobedientes. Yo, también.
Todo seguirá ahí: El 911, Punta Catalina, la jornada escolar de ocho horas, sus más de veinte mil aulas y estancias infantiles, la Ciudad Sanitaria Luis E. Aybar, Ciudad Juan Bosch, Riíto y el Museo del Carnaval en La Vega.
En las redes somos libres y rehenes. Tenemos el poder de hacer cosas y donde los demás lo permiten.
Sirven para hacer política y, sobre todo, para entender que un like o un rt no es un voto.
Si abril del ‘65 fue lucha por democracia y soberanía, hoy nos convoca con pañuelos verdes de mujeres maltratadas, por campesinos a los que han arrebatado el crédito, por jóvenes sin certezas que claman esperanza.
Sin haber arrancado el Hemocentro, aumentan la nómina un 53% y despedido parte de los recursos humanos ya entrenados para traer hasta a ginecólogos y cardiólogos.
Quisiera que la situación en nuestra isla fuera más halagüeña, pero no. Desde junio pasado lo dijimos y el cambio (no el climático, sino del PRM) solo la ha empeorado.
Las dominicanas tienen limitados los derechos a la vida y la salud desde la fundación de la República, que es lo mismo que decir desde hace 177 años. Para ellas no ha habido democracia en ese aspecto.
Hay un atraso con el despacho desde China de 1 millón de vacunas correspondiente a marzo, camino a juntarse con otro de 2 millones de abril con la misma China.
Duele la contrarreforma desatada por el gobierno. Inició con cancelaciones masivas de docentes contratados por concurso, el traslado o cancelación de directivos escolares y la incorporación, al viejo estilo, de miembros PRM.
El cambio de Argentina fue Macri.
El cambio de Estados Unidos fue Trump.
El cambio de Brasil fue Bolsonaro.
El de República Dominicana, Luis Abinader.
Los tres primeros ya sabemos cómo terminaron. El último, ya sabemos cómo va.
Cambiar los límites de un área protegida no es asunto baladí. Requiere un procedimiento legal, constitucional y técnico complejo que debe fundamentarse en estudios científicos pertinentes.
En los últimos 20 años, la República Dominicana produjo un cambio más que significativo en las políticas orientadas a dar cobijo a la ciudadanía ante necesidades básicas.
Desde el Gobierno están haciendo por debajo todos los amarres y acuerdos para comenzar a vender a Punta Catalina, las Edes, las hidroeléctricas y otros bienes del pueblo dominicano.