El vendedor de humo
Con precisa rutina el Gobierno toma prestado casi de manera semanal: en dólares y de cientos. Millón a millón llena el buche de la gallina del endeudamiento.
Es necesario para un país con la economía y recaudaciones en el suelo por los efectos de la pandemia tomar prestado. Pero ese endeudamiento no se corresponde con la inversión pública.
El Gobierno ha recortado programas sociales. El gasto público en obras en ejecución cayó un 67.5 % en enero-abril de este año, por poner ejemplos.
Con el dinero adquirido mediante préstamos, tampoco se combate el alza exorbitante de los precios de los alimentos que profundiza la escasez de liquidez en la población.
El Presidente ha anunciado la inversión de miles de millones de pesos en provincias como San Juan y Barahona, proyectos que aún no arrancan ni se sabe cuándo lo harán.
Con esta política, el Gobierno se asemeja al cuento del vendedor de humo, que iba pueblo por pueblo vendiendo objetos que la gente necesitaba, pero al primer aguacero, se desvanecían los objetos. Eran de humo.
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