¿Se lleva la reelección todo por delante?
No se recuerda nada parecido en la historia del Banco Central, ha dicho un gran economista. Otro ha advertido sobre el impacto que puede tener este escándalo en nuestra economía.
No se recuerda nada parecido en la historia del Banco Central, ha dicho un gran economista. Otro ha advertido sobre el impacto que puede tener este escándalo en nuestra economía.
El presidente Abinader luce inmaculado para el grupo vociferante. Karpowership, un nuevo escándalo estalla, corrupción al más alto nivel, la pus salpica sin que se inmuten los púlpitos morales del “cambio”.
¿De cuántos millones de plántulas dispone ya el gobierno? ¿Cuáles son las especies a plantar y por qué? ¿Cuántas brigadas de pago? ¿Cuántas voluntarias? ¿Se reintegran las 300 brigadas canceladas en 2020?
El problema no es PISA. No miremos para otro lado. El cambio ha sido un fraude colosal también en educación. Es la realidad.
Con una canasta básica entre 30 y 40 mil pesos cuando el grueso de los trabajadores y empleados tienen ingresos muy por debajo de tales cifras; con pollo entre 80 y cien pesos la libra y huevos a ocho pesos, es explicable que abunde el desconcierto.
Sólo los miles de millones despilfarrados en el MINERD podrían competir con los miles de millones autorizados en permisos de importación de productos agropecuarios, verdadera fábrica de millonarios.
Las barcazas instaladas a trancas y barrancas en Los Negros, de Azua, se las traga la presencia de un alto empresario haitiano en Palacio.
Un escándalo sustituye otro. Y el Presidente flotando en medio del estropicio. Casi etéreo. Maquillado. Edulcorado. El gran responsable.
254 muertos, 708 heridos en 199 tiroteos masivos. No son las cifras de un enfrentamiento en Ucrania. No. Son las cifras de la tragedia en Estados Unidos.
Es como para llorar. Por el pueblo de Estados Unidos y por el pueblo errante de tantos países del mundo desplazado hasta allí por la miseria y la misma violencia.
Hasta el lenguaje ha cambiado a maravilla. No hay explotación, oligarcas ni burgueses. Sólo “empleadores”.Y el empleado o trabajador, agradecido, porque hay millones que no tienen en qué caerse muertos, pero buenos para mantener el salario en el piso.
Juan Bosch ya no está, pero están sus ideas y la Constitución de 1963—que cumple 60 años este 29 de abril—esperando el día en que muchos de sus mandatos inconclusos se cumplan y den paso a la República Dominicana soñada por los Trinitarios y Juan Pablo Duarte…
¿Cómo llegar a 40 con 16? He ahí la “genialidad”de nuestros trabajadores: hacer que 16 parezcan 40. Ahora con inflación feroz. Hacer que 16 se conviertan en 40 reventándose él, su mujer y sus hijos.
Convincentes tecnócratas de altos sueldos se encargan de explicarnos: subir más sería la catástrofe, dicen. Olvidan que la catástrofe está ocurriendo. La sufren trabajadores, trabajadoras y sus familias.
Decenas mueren en la travesía del Darién, en accidentes de camiones que transportan ilegales o desaparecen para nunca jamás. Son los que se cansaron de esperar el cambio. Los que perdieron el trabajo y no lo volvieron a recuperar.
Una verdadera lucha contra ese mal (congénito del sistema capitalista) actuaría de otro modo o, al menos, interpelaría también al presidente Abinader por financiación ilícita de campaña y/o para que dé explicación de su fortuna en paraísos fiscales. La evidencia parece abrumadora.
La violencia y la intolerancia están instaladas de nuevo. Con velas encendidas en calles y plazas por todo el país la gente rechaza el retorno de las tinieblas.
Distraer, aturdir, desorientar a la gente para encubrir el abuso, el saqueo de la propiedad pública que entrega a terratenientes y sector privado asociados al PRM en oscuros fideicomisos y mal llamadas Alianzas Público Privadas.