Un «copy paste» delictivo
La entrega a la JCE de un registro de militantes adulterado retrata de cuerpo entero al PRM y a su gobierno.
Lo ha dicho Abel Martínez, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, y tiene razón.
La deshonestidad y el descaro tipifican semejante acción. Se trata de millares de dominicanos y dominicanas cuyos datos han sido usados sin que se les consultara. Un “copy paste” delictivo.
Una acción que debe mover a la oposición política a reflexionar y actuar seriamente.
Porque, por un lado, es un acto doloso abultar un padrón hurtando nombres de militantes de otros partidos, aunque la ley no lo consigne así.
Es un hecho inmoral y quien adrede comete uno es capaz de cometer muchos. De ahí a intentar el fraude electoral no hay diferencia.
Por otro lado, quien a eso se atreve no tiene respeto por la política. Tampoco guarda respeto a las instituciones. Ejerce la política como un acto de piratería. Ese solo acto explica cada uno de los escándalos que caracterizan la gestión del “cambio”.
Desde el negocio de la venta de visas en Valencia (España) y Haití, la narco política del PRM, los préstamos a la banca nacional sin ningún plan, endeudando al Estado sin pasar por el Congreso, hasta el acto ridículo de un Presidente improvisador que, en vez de destituir al director de la Policía Nacional, va todos los lunes a tomar sus funciones.
Con razón se ha desplomado la actividad económica y hoy somos el último en crecimiento en Centroamérica y el Caribe.
Como ha dicho Abel Martínez, ese “registro” o padrón fraudulento entregado a la JCE retrata de cuerpo entero al PRM y a su gobierno.
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