Nacer podrido

22-05-2023
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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Es casi seguro que el primer gran pecado de corrupción con que se inició el “cambio” fue la suspensión de las subastas de los permisos de importación en Agricultura para volver a autorizar importaciones a discreción, sin ningún plan, sólo para enriquecer a sus socios.

Corrupción vieja. Que, como ha dicho alguien, “deja más que la droga”. Práctica malsana que por décadas hizo millonarios a granel en el sector agropecuario y fuera de él—desde Balaguer hasta Leonel—pero que Danilo había yugulado con las subastas públicas de dichos permisos en la Bolsa Agroempresarial. Que lo diga la JAD.

El retorno a la vieja corrupción ha costado al país el descalabro de su aparato productivo agropecuario. La quiebra de centenares de pequeños y medianos productores. La pérdida de más de 50 mil empleos y la amenaza a nuestra soberanía y seguridad alimentarias.

¿Lo sabe el presidente? Y lo celebra. La oligarquía ha sido siempre enemiga de la producción nacional. Es una de sus diferencias con la burguesía nacionalista.

Pero ni los más de cien millones regalados por Peña Guaba “por órdenes superiores”,ni los cientos de millones defraudados en Quédate en Casa y en Supérate—que pagaron algunos colmaderos, no los altos jefes perremeistas involucrados—ni el fraude en la Lotería o los millones regalados a un periodista perremeista en Medio Ambiente y las nóminas paralelas… todo eso palidece, probablemente, ante el negocio de los permisos de importación en Agricultura.

Sólo los miles de millones despilfarrados en el MINERD podrían competir con los miles de millones autorizados en permisos de importación de productos agropecuarios, verdadera fábrica de  millonarios.

He ahí el pecado original del “cambio”. ¿O lo son sus lazos de campaña con el narcotráfico? Se llama nacer podrido.