Que no haya más daño

28-08-2023
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
Compartir:
Compartir:

Hace poco tiempo que—en función de candidato—el hoy presidente Abinader se pavoneaba por el país proclamando el advenimiento del reino de la abundancia.

Con voz ensayada y gestos aprendidos anunciaba al pueblo dominicano el tiempo de la comida barata, los combustibles rebajados y el fin de la pobreza, la inseguridad y la delincuencia.

Poco hay que decir luego de tres años del reino de Abinader. La desesperanza y la desilusión cunden por todas partes.

Por eso da mucho miedo escuchar al presidente Abinader—al justificar su aspiración de reelegirse—prometer continuar el reino de la “honestidad”.

Y da miedo porque lo dijo sin atragantarse. Lo que significa que, como dice el pueblo dominicano, el presidente es capaz de tragarse un tiburón podrido sin eructar.

El reino del “cambio” y Abinader se inició con escándalos de acoso sexual, actos de corrupción, despilfarro del erario y asesinato de un ministro.

Ya en sus postrimerías, la comida es cara y escasa, los combustibles no bajan y la inseguridad campea.

En los primeros seis meses de este año, el crecimiento se desplomó del 5% promedio a apenas un 1.2% y ojalá la tragedia se detenga ahí mientras esperamos el informe de qué fue lo que realmente ocurrió en San Cristóbal, donde cerca de cuarenta dominicanos y dominicanas perdieron la vida en una explosión inexplicada.

“Honesty is such a lonely word”, dice la canción, y en boca del presidente esa prometida honestidad no es sino simulación. Peligrosa simulación.

De modo que al abocarnos al final incierto del reino de Abinader y el PRM no debemos sino desear que  no haya más daños para nuestro sufrido pueblo.