El PLD llegó al poder en 1996 por primera vez. Encontró un presupuesto de unos 25 mil millones de pesos. Cuando entregó el gobierno en 2020 ese presupuesto era casi 40 veces mayor: cerca de un billón de pesos.

Las dos veces que le correspondió entregar el gobierno (2000, 2020) entregó un país mejor. Con conquistas notables.

La segunda vez que lo recibió (2004) encontró un país con una crisis económica e institucional que, entre otras cosas, había quebrado varios bancos y creado un déficit cuasi fiscal que todavíahoy estamos pagando.

Sólo en los ocho años de Danilo Medina los logros fueron impresionantes: instalación del 911, instalación de la Jornada escolar de ocho horas en casi el 80% del país; casi 20 mil nuevas aulas; cuadruplicación de sueldos a docentes; ampliación del Metro de SD; expansión del transporte masivo al teleférico (SDE); creación de RD-Vial, renovación de la red hospitalaria (más de 50 hospitales); Ciudad Sanitaria Luis E. Aybar; inicio del plan de recuperación del río Ozama (Nueva Barquita, Domingo Savio), Proyecto Riíto, en La Vega; Boca de Cachón, Tenguerengue, Mesopotamia (SJM), Ciudad Juan Bosch, decenas de nuevas carreteras, democratización del crédito y un larguísimo etcétera.

Todo lo logrado, sin embargo, fue opacado por una propaganda feroz y abrumadora que, unida al estado de persecución instalado desde Palacio en 2020, inmovilizó al más grande partido dominicano.

Un PLD aterrorizado no encontraba cómo recuperar las calles. Logró, sin embargo, coronar con éxito su  largo Congreso Nacional José Joaquín Bidó Medina.

Faltaba retomar las calles. Recuperar la iniciativa. Recordar a la gente las conquistas alcanzadas.

El fracaso del PRM—otra vez—y el fenómeno Abel Martínez han obrado el objetivo. En el PLD no hay dudas, sino esperanzas y certezas. Son los primeros logros de Abel.