2021: 45 productos agrícolas y tres renglones de la pecuaria redujeron producción
Lo que se ha producido en este gobierno es un aumento en la pobreza general de 2.80 por ciento. Es posible publicar cifras engañosas, pero las reales están ahí.
Lo que se ha producido en este gobierno es un aumento en la pobreza general de 2.80 por ciento. Es posible publicar cifras engañosas, pero las reales están ahí.
Este Gobierno, producto de la mentira y contando con apoyos espurios, tiene acumulados un exceso de pasivos en poco menos de dos años.
Si dicen que estamos muy bien y que no debemos preocuparnos, contrario al resto del mundo, ¿por qué ese afán de importar lo que aquí podemos y debemos producir?
Por el bienestar del pueblo, rogamos que no se produzca una nueva escalada. No importa la propaganda gubernamental ni las complacencias de los medios bien gratificados. Lo cierto es que a los dominicanos, principalmente a los pobres, nos está afectando el mal manejo de las autoridades.
La producción alimentaria dominicana sin dolientes en el Gobierno. Los agroempresarios y sus trabajadores empujando solos la carreta.
Los funcionarios que deberían ocuparse de facilitar las cosas, solo se preocupan por los negocios de las importaciones.
Es innegable que la población dominicana ha recibido noticias muy positivas en los días transcurridos del presente mes: la economía terminará el año creciendo más de dos dígitos, con mejora en la calificación que hacen las agencias, el turismo (eje transversal de nuestra economía) en franca recuperación y con remesas a familias empobrecidas de más de 10,000 millones de dólares al 31 de diciembre.
El inventario de arroz, tan cacareado por las autoridades, no se debe a una producción récord como ellas pronosticaron, tampoco a un aumento significativo de la producción nacional.
La verdad es que se produjo como resultado del aumento de las importaciones y de la disminución -léase bien- del consumo de media libra promedio de cada dominicano o dominicana.
Hoy 30 de noviembre no se han publicado los informes mensuales de la actividad agrícola hasta el 30 de octubre, ni se han dado a conocer los resultados de las compras y ventas de productos que además de las pérdidas económicas, en almacenes se han perdido por deterioro una cantidad considerable de papas, zanahorias, cebollas, ajo y otros productos.
Hemos detectado una información errónea en lo que respecta la producción de arroz. No es la primera vez, en honor a la verdad, que desde el Ministerio de Agricultura se sirven informaciones distorsionadas. Por tanto, recurro a los informes oficiales publicados por dicho Ministerio en su portal, donde se establece que la producción de arroz en el año 2020 alcanzó los 11,143,155 quintales y en el año en curso 11,238,146 quintales. Una diferencia de 94,991 quintales, para un crecimiento de un 1%. En el 2020 se sembraron 2,712,173 tareas y en este año 2,743,807, una diferencia de 31,634 tareas.
La política agropecuaria del presidente Danilo Medina respaldó el afán de los productores del campo dominicano de mejorar sus ingresos, cooperando en la estrategia de agregar valor a los productos cultivados con la comercialización, industrialización y exportación.
La ineptitud de las autoridades y el poco aprecio por la producción nacional, unido al interés de favorecer negocios de importaciones, amenazan la autosuficiencia alimentaria alcanzada.
En los gobiernos de Danilo Medina hubo tranquilidad y satisfacción, tanto en el campo como en la ciudad. ¿Por qué destruir ese legado?
Las ayudas deberían orientarse a las actividades de mayor potencial de producción en cada localidad, ejemplo: la crianza de chivos puede ser más conveniente en una localidad, pero no así en otra región.
Según cálculos iniciales más de 300 mil metros cuadrados de plásticos y mallas, fueron total o parcialmente dañados.
Generalmente estas infraestructuras cuentan con aseguramiento para proteger inversiones de eventualidades.
Los productores que han confiado en su país y han hecho cuantiosas inversiones y los ciudadanos -consumidores orgullosos de los alimentos cosechados en los campos dominicanos, debemos espabilarnos y juntarnos para exigir a las autoridades desistir de este camino malo que lleva al fracaso y a la ruina.
Ningún Gobierno tiene derecho a ponerse a dañar las cuantiosas inversiones realizadas y el trabajo de familias y comunidades por el solo capricho de denostar y favorecer a unos pocos allegados políticos.