La intención es buena, pero cuidado
El Gobierno dominicano ha solicitado a la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) preparar un plan de apoyo a los pequeños y medianos productores afectados por la eliminación o muerte de sus cerdos a causa de la Peste Porcina Africana (PPA).
Sin ánimo de disminuir el valor de la intención, por aquello de que siempre es preferible algo a nada, por la experiencia de quienes trabajan en el plan, hacemos las siguientes observaciones y recomendaciones:
A) Los apoyos a brindar por el gobierno serían más fructíferos y abarcadores, si se promueven la organización de los productores afectados, en cada localidad, en asociaciones o cooperativas.
B) Las ayudas deberían orientarse a las actividades de mayor potencial de producción en cada localidad, ejemplo: la crianza de chivos puede ser más conveniente en una localidad, pero no así en otra región;
C) debería considerar como punto de referencia, lo que significaban los cerdos para cada productor, veamos:
El ciclo de reproducción es de apenas 3 meses, 3 semanas y 3 días (3,3,3) y por parto cada cerda madre producía sobre 10 cerdos entre hembras y machos. Muchos partos se aproximaban o llegaban a 20 cerdos. Con un intervalo de recuperación mayor de un mes entre partos, la cerda puede tener 3 partos cada 14 o 15 meses;
Las chivas, en ningún caso, en período similar, pasarían de 2 partos. El ciclo de reproducción en los chivos es de 5 meses y entre parto y parto el período de reposición es cercano a los 2 meses. Por tanto, la reproducción se produce teniendo 2 partos cada 14 o 15 meses. Si es primer parto -en la generalidad- las chivas logran un animal (hembra o macho) a partir del segundo parto logran parir 2 y 3 crias, por igual entre hembras y machos.
Resultado de la reproducción los ingresos que generan en cada parto, cerdas y chivas, hay una notable diferencia y por tanto el valor de sus reproducciones es notable.
En una próxima entrega presentaremos los cálculos de ingresos y gastos en un año para cada tipo de crianza.
Quisiera alertar, además, sobre los riesgos con relación a la entrega de pollitas y gallinas ponedoras. Estas reparticiones crean un ambiente de alta peligrosidad para el éxito de los programas sanitarios relativos a la industria avícola. Por el alto valor de la actividad avícola y la necesidad de contribuir a eliminar enfermedades como el New Castle y la Gripe Aviar es conveniente evaluar los pro y los contra de estas reparticiones.
En el gobierno de presidente Joaquín Balaguer -año 1986- se lanzaron programas de reparto de animales de crianza en patios, cerdas preñadas, chivas preñadas, novillas preñadas, pollitas y gallinas ponedoras, que indudablemente produjeron mejor alimentación a las familias pobres de la zona rural. Su valor social fue innegable. Sin embargo,hay que decir también que son programas que originan gran riesgo de transmisión de enfermedades.
Abogo por la mejoría en las condiciones materiales de existencia de los productores porcinos afectados por la PPA, pero los programas a implementar, deben cuidar las grandes inversiones de la pecuaria nacional por aquello de que no es conveniente desvestir un santo para vestir a otro.
Deseamos éxito en la implementación de los programas de ayudas. Pero, reitero que deben orientarse preferiblemente a actividades más convenientes y menos riesgosas en cada lugar de nuestro país y de manera preferente privilegiando la asociación de los afectados.
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