Risas y lágrimas
Es innegable que la población dominicana ha recibido noticias muy positivas en los días transcurridos del presente mes: la economía terminará el año creciendo más de dos dígitos, con mejora en la calificación que hacen las agencias, el turismo (eje transversal de nuestra economía) en franca recuperación y con remesas a familias empobrecidas de más de 10,000 millones de dólares al 31 de diciembre.
Esas noticias, muy satisfactorias, deben producir alegría a todos en este fin de año y en el período navideño. Como ciudadano responsable externo mi alegría y satisfacción y deseo que las empresas y negocios sigan prosperando y que las familias puedan lograr mayor bienestar.
Por igual, aunque tengo mis reservas sobre lo favorable que pudiera resultar en lo financiero y económico poner término, por acuerdo amigable, al contrato de la carretera Santo Domingo-Samaná, reconozco que la sociedad dominicana anhelaba poner fin a este contrato oneroso para las finanzas públicas desde sus inicios. Se hizo el anuncio y los titulares de las noticias generaron alegría. Esperemos el conocimiento a fondo de lo acordado, y como se dice, analicemos con cuidado la letra pequeña del acuerdo. Generalmente las protecciones que se adquieren mediante contrato no se ceden gratuitamente.
Sin embargo y lamentablemente, debemos constatar que el dinamismo en la actividad económica de las empresas privadas y una política monetaria correcta y prudente del Banco Central, dos constantes durante los gobiernos de Danilo Medina, dejó de acompañarse con efectivas políticas estatales y gubernamentales de recuperar y elevar de la capacidad adquisitiva de la población dominicana que sí fueron la norma en el período 2012-2020.
El empleo no se ha recuperado a nivel prepandémico y mucho menos se han creado más empleos que los existentes a diciembre 2019. Las mujeres han sido las más afectadas. (Habría que calcular los empleos adicionales correspondientes a 2020 y 2021 que no se crearon). El alto costo de los alimentos, medicinas, combustibles y vivienda ha reducido los ingresos reales de la población, empeorado su alimentación, deteriorado su salud y empeorado sus condiciones de alojamiento.
Hoy en día vemos cómo por decisiones del equipo gubernamental desaparecen políticas sociales esenciales, tales como medicamentos de alto costo y los vendidos en las Farmacias del Pueblo, hoy desabastecidas. A tres meses del inicio del año escolar prevalece la carencia de la alimentación escolar, entrega de calzados, uniformes, mochilas y libros, sin dejar de mencionar el desorden en compras de equipos electrónicos. Servicios del 911 y Atención Vial hoy carecen de la eficiencia lograda anteriormente y cada día más, hay quejas de la población por la reducción de la calidad del servicio del Metro y otros que eran elogiados por su eficiencia.
A pesar de los avances económicos, al mes de octubre del año en curso, seguimos siendo el país de la región que ocupa el tercer lugar en inflación acumulada más alta y lo que es más penoso, los productos de alimentación prácticamente se han duplicado y no nos cabe duda de que esto se produce por la desacertada política agropecuaria, que lleva a nuestro país a la pérdida de su lograda autosuficiencia agropecuaria.
El actual ministro de Agricultura se ufana de que para las Navidades habrá abundancia de todo. Esconde en sus anuncios que esa abundancia obedece a que las importaciones de alimentos han aumentado en el presente año en más del 30 por ciento. Arroz, partes de pollo, habichuelas y varios productos más, la mayoría de ellos con autosuficiencia de la producción nacional y que inclusive hemos exportado, se han importado sin tener en cuenta la protección que debe dársele a la muy riesgosa actividad agropecuaria, solo por el interés de favorecer el negocio de las importaciones y los permisos necesarios.
Una investigación combinada con los excelentes profesionales agropecuarios, Winston Marte y Richard Peralta permitirá rendir un informe pormenorizado del daño a la producción nacional. Ver archivos adjuntos del período enero-octubre de los últimos tres años.
Por la insistencia del Ministro, que alardea del alto inventario del arroz, les damos los datos de este producto como un adelanto: Importación de arroz enero – octubre 2020 fue de 19,767.66 toneladas métricas. En igual período del presente año 2021: 36,178.88 toneladas métricas, es decir, 16,411.22 millones de toneladas métricas más, lo que aumentó la erogación del país de 11.5 millones de dólares el año pasado a 18.4 millones de dólares, importaciones por encima del contingente arancelario obligatorio y por tanto innecesarias.
Ha pronosticado récord en la producción de varios renglones y todavía ninguno lo ha logrado. Son risibles los anuncios con relación al ajo y a las habichuelas.
Dejemos la historia para otra ocasión.
Mientras tanto, nuestro deseo público y privado es que los logros en lo económico deriven en mejoría para la población en general. Que coordinen las políticas monetarias y fiscales para que el crecimiento económico se convierta en desarrollo, para y por el bienestar de todos.
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