Eran mujeres jóvenes, llenas de vida y sueños para ellas, sus niños y niñas.Se llamaban como cualquiera de nuestras amigas o familiares, Juana, María, Carmen o Lidia.
Duele hablar de estas difuntas porque retratan lo más brutal de este modelo de propiedad privada, patriarcal y violento que las mata o las mantiene muertas en vida.
Artistas y organizaciones culturales rinden homenaje a la vida y obra de Oscar Grullón. Reclaman a Gobierno una pensión digna y que Archivo General de la Nación asuma su videoteca.
La vida cotidiana se nos ha vuelto un entresijo de agobios, falta de esperanzas, carestía, violencia social, líos políticos, engaños y mentiras.
o quieren convencer que hemos perdido humanidad, solidaridad y empatia, ese relato daña, hay que derrotar ese pesimísmo y la idea de que este país se jodió y que quien pueda coja una yola.
El pueblo dominicano se merece un relato lleno de esperanzas en medio de tanta carroña.
Quisiéramos pensar que muchas de las situaciones que vivimos hoy en República Dominicana se deben a descuidos involuntarios del presidente y los funcionarios del gobierno.
Muchos descuidos juntos crean situaciones graves para la población. Por ejemplo:
Descuidar la aplicación de políticas económicas correctas nos ha metido en una ola de inflación que no se detiene.
Por suerte, la vista como el gusto es libre para mirar hacia donde nos venga la gana, a pesar y por encima de lo que diga un presidente, que va para las calles a buscar una reelección, en vez de ponerse a enderezar entuertos que su gestión ha creado.
Cuando Luís se entere que este país no es lo que él piensa y vende la propaganda, que sus logros son pírricos con relación a lo que ofreció y que en casi dos años de gobierno lo único que ha hecho es destripar los avances que costaron años de trabajo, quizás se arrepienta, pero el daño ya está hecho.
Cuando Luís se entere de tantas cosas que parece no sabe, estaremos mucho más jodidos, pero con un Presidente que por fin se entera del desastre de su obra de gobierno.
Ante el discurso de la derrota, elevemos la estima de cada ser humano que habita esta isla.
Los dominicanos y dominicanas somos solidarios, trabajadores, amorosos, acogedores, perseverantes, dignos y sobre todo luchadores.
Esta patria está llena de gente noble, capaz de superar todas las adversidades, por difícil que sean los días que vivimos, la esperanza debe ser nuestro norte para combatir el relato del fracaso.
El imaginario popular dominicano es rico en refranes que educan y elevan el ánimo.
Siempre se ha dicho «que de buenas intenciones esta lleno el camino del infierno». Quizás por eso hay que reconocer que el presidente es un hombre con buenas intenciones.
Dice un refrán que «quien no sabe a dónde va, ya llegó». Muy cierto, si se aplica al Gobierno del Cambio; nos han llenado el camino de cuentos y promesas y lo cierto es que llegamos a la era de los apagones.
Los efectos de la pandemia potenciaron el aislamiento y la búsqueda de soluciones individuales a temas que se resuelven de mejor manera trabajando en colectivo.
En medio de la crisis un pequeño núcleo de hombres y mujeres decidimos crear Ojalá.