Cuando un vehículo o maquinaria se daña, acudimos a los mecánicos para reparar sus fallas.

Este país anda con muchos sueños rotos y la mayoría de las conquistas sociales destrozadas por el gobierno del Cambio.

Los partidos políticos y sus líderes  hace años que abandonaron la relación cotidiana con la población y se convirtieron en maquinarias electorales.

Atrás quedaron los años de los sindicatos, asociaciones campesinas, juveniles y de mujeres, el modelo político las debilitó a tal punto que hoy son siglas y recuerdos.

La construcción de ciudadanía se cambió por listas de votantes que muchas veces son clientes.

La actual crisis que vivimos en el mundo y nuestro país tiene síntomas que deben invitarnos a re-pensar de manera profunda el tipo de país que tendremos si seguimos por este camino.

Con talleres, seminarios, actos en hoteles, propaganda y caravanas no se cambia nada.

El país se nos deteriora en la cara, 

la violencia social se va haciendo costumbre, miles de jóvenes andan como Zombis con audífonos mientras la vida pasa.

Es hora de reparar lo dañado y echar a andar un proyecto de patria en donde cada familia y comunidad sean un jardín lleno de frutos.

Quizás sea muy iluso, pero la República Dominicana necesita políticos, técnicos, maestros y maestras, profesionales, empresarios y sobre todo ciudadanos que se conviertan en mecánicos y mecánicas que reparen nuestros mejores sueños.