Esta palabra significa aflicción, poco ánimo ante una situación que produce pena.

Así andamos, desconsolados por muchas de las cosas estamos pasando los dominicanos.

Un padre muere en la puerta del colegio de su hijo porque no había una sierra para cortar el árbol que aplastó su vehículo.

Causa aflicción saber que este año van casi 70 mujeres muertas por la violencia machista, 6 por cada mes y lo peor es que nada apunta a que las cifras bajen.

Pensar en las que viven llenas de miedo bajo amenazas y nadie las protege, da grima.

La delincuencia gobierna y es dueña de las calles, mientras los funcionarios gobiernan en las redes sociales.

Después de 5 proyectos de Seguridad Ciudadana y las absurdas medidas de cerrar de noche los negocios en algunas zonas, el resultado es nulo.

Un urbano famosito mata un padre de familia, se entrega a las autoridades haciendo un espectáculo, pero resulta que anda suelto diciendo lo que pagó para seguir cometiendo fechorías.

Si con las últimas lluvias la basura se hizo dueña de los barrios pobres y los espacios urbanos, ante la ola creciente de robos, atracos y crímenes el miedo domina el ánimo de millones de dominicanos.

No hay palabras para describir el fracaso de este Gobierno del Cambio ante la responsabilidad que se supone tiene de cuidar nuestras vidas.

Causa desolación saber que andamos huérfanos de gobernantes que por lo menos tengan piedad de este pueblo.