Del tercer mundo al primero
El presidente Abinader, al señalar que la República Dominicana será un país desarrollado en pocos años, reconoce implícitamente el trabajo positivo que realizaron sus predecesores.
El presidente Abinader, al señalar que la República Dominicana será un país desarrollado en pocos años, reconoce implícitamente el trabajo positivo que realizaron sus predecesores.
Un nuevo fantasma recorre la región. No es el comunismo, como anunciaba el Manifiesto.
Es algo que inspira, confunde, engaña. Se trata de la eclosión de los redentores, dirigentes que surgen para salvar sus naciones. Adalides de la pureza. Limpian y condenan.
La analista política Erinia Peralta aboga por un sistema que impida que personas indecorosas incursionen en la política y de paso frene el discurso de la antipolítica como solución a las deficiencias del actual modelo.
El financiamiento inicial de la caja común del sistema de reparto provendría de la confiscación de los fondos ahorrados en las cuentas individuales, tal como ocurrió en Argentina en 2008.
El texto sobre la reforma fiscal que se requiere aprobar apenas tiene tres páginas, y en solo una -con seis párrafos- se presentan las propuestas de ingresos y gastos públicos. “Está claro que el gobierno no quiere mojarse los pantalones”.
La transparencia devela, expone demasiado. La transmisión de la segunda reunión de los integrantes de la Comisión Ejecutiva del Consejo Económico y Social -CES- y representantes de los partidos políticos con la presencia del presidente de la República, permitió ver detalles importantes del encuentro.
Una democracia en tiempo real vendría siendo esa que, sirviéndose de las nuevas tecnologías y plataformas de colaboración, utilice la inteligencia colectiva para construir un sistema que funcione para todos.
El desprecio a la experiencia de tres ex presidentes obliga a concluir que la anti política preside. En ese mundo aséptico, el liderazgo pertenece a Luis Abinader, el menos político de los presidentes contemporáneos. Llega impoluto a Palacio.
El límpido talante impide la interlocución con políticos, prefiere escuchar a los cívicos.
El gobierno debe sacar la lucha contra la criminalidad de su estrategia imaginaria, pues las consecuencias de un robo o un asesinato son penosamente reales.
Antes de cumplir su primer mes como jefe de Estado y de Gobierno, Luis Abinader visitó a todos los presidentes de los partidos políticos. Con su aura resplandeciente, el motivo de tan valorado gesto fue establecer los parámetros para un diálogo que permitiera enfrentar la crisis sanitaria provocada por la pandemia.
El presidente Luis Abinader ha dejado ver los principios de la reforma tributaria que presentará al Congreso Nacional. Señaló que la reforma tributaria que se está evaluando consiste en bajar impuestos y eliminar exenciones tributarias.
A nivel internacional se ha demostrado la inviabilidad financiera del sistema de reparto de pensiones. En República Dominicana, de acuerdo con la evolución de la estructura poblacional, no sería diferente.
El gobierno del presidente Abinader debe perder el miedo a poner en blanco y negro sus ideas de reformas, en particular las que conformarían la reforma fiscal. Es la primera vez que se pretende comenzar sin un documento base que sirva de punto de partida.
La alternativa que tienen los que quieren destruir el sistema de cuentas individuales es un sistema de reparto de caja común, en el cual no se genera ahorro y los trabajadores activos pagan las pensiones de los retirados.
El insistente empeño mediático para hacer realidad el cambio, es encomiable. Sin embargo, la andanada presencial del Presidente, con motivo del primer aniversario de la gestión, ha sido apabullante.
Alguien del entorno estratégico debería advertir la necesidad de moderar el ímpetu. Solo un chin menos que falta mucho.