Del tercer mundo al primero

27-09-2021
Anjá | Economía y empleos
Jaime Aristy Escuder Blog, República Dominicana
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Sábado, 25 de septiembre de 2021

El presidente Luis Abinader dijo en los Estados Unidos que “en unos años vamos a dejar de ser un país en vía de desarrollo para ser un país desarrollado.” De acuerdo con el primer mandatario, esto se logrará con las reformas pendientes, las inversiones empresariales y los proyectos que estarán realizando.

Esas declaraciones me hicieron recordar el caso de Singapur, cuya experiencia es narrada por su principal protagonista y padre de esa ciudad-Estado, el gran Lee Kuan Yew, en su libro “Del tercer mundo al primero.” Desde 1965 y hasta el presente, Singapur ha adoptado un conjunto de medidas económicas, sociales e institucionales que permitieron su transformación de un pequeño pueblo de pescadores a la nación más competitiva del mundo y una de las más prósperas, logrando un crecimiento económico promedio anual de 7% por varias décadas.

El trabajo duro, perseverante y disciplinado, la estabilidad macroeconómica y la planificación mirando hacia el futuro, elevadas tasas de ahorro e inversión, un gobierno efectivo y honesto más allá de las palabras, funcionarios bien remunerados y seleccionados en base a méritos, un estado de derecho con instituciones inclusivas, un sistema educativo moderno y bilingüe, un mercado laboral flexible, un empresariado innovador e integrado a los flujos de inversión y comercio internacional, son factores determinantes del éxito de Singapur.   

La experiencia de ese país asiático sugiere que se requieren por lo menos tres décadas para pasar del tercer mundo al primero. Las principales reformas fueron aprobadas y ejecutadas en los treinta años comprendidos entre 1965 y 1995. Claro está, los diversos mandatarios que han sucedido a Lew Kuan Yew han seguido sus orientaciones y enseñanzas, apostando siempre a la educación y a la disciplina, por lo cual esa poderosa economía sigue desarrollándose de manera acelerada.

El presidente Abinader, al señalar que la República Dominicana será un país desarrollado en pocos años, reconoce implícitamente el trabajo positivo que realizaron sus predecesores, los presidentes Joaquín Balaguer, Antonio Guzmán, Jorge Blanco, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, pues sólo así se lograría alcanzar el desarrollo que el promete “en unos años.” De lo contrario, el paso del tercer mundo al primero le tomaría a la República Dominicana por lo menos treinta años más.