El 12 de junio pasado el gobierno anunció con fanfarria que contrataría nuevos préstamos para mejorar el abastecimiento de agua y supuestos planes de conservación de los ríos. Pero se trataba sólo de un cambio de nombre de la anterior Mesa del Agua ahora convertida en Gabinete y excusa para endeudar más al país.

Ya hemos hablado de nuestros ríos y es obvio que hace falta más que maquillaje. Hay que detener la devastación de la Belfond en el Bahoruco Oriental. No permitir la nueva presa de cola de la Barrick en Cuance. Detener la deforestación en el Parque Sierra de Bahoruco y en todas las cuencas hidrográficas. Continuar los desalojos en Valle Nuevo, no solo en publicaciones. Gestionar de manera adecuada el conflicto sobre el río Masacre; si se seca, ocasionará cambios drásticos aguas abajo y en el estuario de la bahía de Manzanillo. Volver a apoyar a los pequeños agricultores y cooperativas para que no vuelvan al conuquismo.

Hacer verdaderos planes de contingencia contra el cambio climático y dar seguimiento a las estrategias ya planteadas.

Si queremos agua para el futuro todos debemos comprometernos a defender una gestión responsable y no desperdiciar ni una gota en ningún sitio.