El efecto Barbecue
La defensa del caos estuvo aquí. Pena de la vida para quien mencionara la inexistencia del Estado haitiano. Paradoja incomprensible que arriesgó la estabilidad en nombre de la osadía de ocasión.
La defensa del caos estuvo aquí. Pena de la vida para quien mencionara la inexistencia del Estado haitiano. Paradoja incomprensible que arriesgó la estabilidad en nombre de la osadía de ocasión.
Apócrifo o real, voluntaria la difusión o producto de un desliz, el hecho contrariaba la narrativa preestablecida. Sin embargo, permitía la ponderación antes del golpe. Fue un escarceo, un simulacro para calibrar la calle, esa calle tan apreciada por el Cambio para la gobernanza. Preocupación innecesaria porque la calle sola no se mueve, la mueven.
Si la privatización de la PN fue sospecha, extender la pretensión al MP sería atentar contra el Estado de derecho.
El Ministerio Público es el organismo responsable de la formulación e implementación de la política del Estado contra la criminalidad. A su máxima representación corresponde dirigir esa política.
La Ley 24-97 extiende el tipo penal a “la actividad sexual no consentida en una relación de pareja” y describe las condiciones para configurar el crimen, entre otras: el uso de la fuerza, amenaza, discapacidad para comprender la naturaleza del acto. También prevé la obligación para participar en una relación sexual con terceras personas. La sanción mínima es 10 años de reclusión.
La falsía se reedita contundente, sin brillantez. Bastó que Margarita Cedeño Lizardo expusiera su intención de optar por la candidatura presidencial en las primarias de su partido para que damas y caballeros, abanderados de la corrección política dedicaran sus energías al insulto. Colocada en el cadalso piden refuerzos para lapidarla.
Un nuevo fantasma recorre la región. No es el comunismo, como anunciaba el Manifiesto.
Es algo que inspira, confunde, engaña. Se trata de la eclosión de los redentores, dirigentes que surgen para salvar sus naciones. Adalides de la pureza. Limpian y condenan.
La transparencia devela, expone demasiado. La transmisión de la segunda reunión de los integrantes de la Comisión Ejecutiva del Consejo Económico y Social -CES- y representantes de los partidos políticos con la presencia del presidente de la República, permitió ver detalles importantes del encuentro.
El desprecio a la experiencia de tres ex presidentes obliga a concluir que la anti política preside. En ese mundo aséptico, el liderazgo pertenece a Luis Abinader, el menos político de los presidentes contemporáneos. Llega impoluto a Palacio.
El límpido talante impide la interlocución con políticos, prefiere escuchar a los cívicos.
Antes de cumplir su primer mes como jefe de Estado y de Gobierno, Luis Abinader visitó a todos los presidentes de los partidos políticos. Con su aura resplandeciente, el motivo de tan valorado gesto fue establecer los parámetros para un diálogo que permitiera enfrentar la crisis sanitaria provocada por la pandemia.
El insistente empeño mediático para hacer realidad el cambio, es encomiable. Sin embargo, la andanada presencial del Presidente, con motivo del primer aniversario de la gestión, ha sido apabullante.
Alguien del entorno estratégico debería advertir la necesidad de moderar el ímpetu. Solo un chin menos que falta mucho.
Interrumpir la fiesta es imprudente. Imposible en este momento. La buenaventura sopla el velamen del barco conducido por un capitán omnipresente, omnisciente. Padre de la patria nueva.
Los informes del Departamento de Estado ya no asustan, se acatan. Antes de publicarse su contenido es conocido.
El tiempo de los amores escondidos quedó atrás. Los amores son consentidos. La relación parece un concubinato público, notorio, bien avenido.
En un deplorable discurso, que homilía no fue, un sacerdote, con sede en la iglesia de Las Mercedes, reclamó al partido en el Gobierno, pagar el proselitismo.
Nada queda del FSLN. Nadita de nada de la revolución. El régimen tiene más de Somoza que de Sandino con sus presos, muertos, desterrados, silencios y amenazas. Se repite en las esquinas una consigna doliente “Daniel y Somoza son la misma cosa”.
La historia de fugitivos y desaparecidos es fascinante. La creatividad, la complicidad y esa manera descarada de tener culpables favoritos, ha permitido la variedad de subterfugios para evadir la aplicación de la ley.
Muchos se reinventaron, lograron exorcizar demonios.