Tráfico impune de parturientas
os hospitales de la red pública registraron 32,000 partos de traficadas en 9 meses -sept 2021 a junio 2022-. Los porcentajes varían cuando se examinan los archivos de los hospitales ubicados en la frontera.
os hospitales de la red pública registraron 32,000 partos de traficadas en 9 meses -sept 2021 a junio 2022-. Los porcentajes varían cuando se examinan los archivos de los hospitales ubicados en la frontera.
El país estrenó, en la década de los 80 del siglo pasado el law fare, antes de ser tendencia planetaria. Ese derecho penal vergonzante que analiza Zaffaroni, propicia el populismo punitivo y arrasa con el derecho al honor y buen nombre.
La paciencia labró su historia. Desde mozalbete, “el hijo del pulpero” resistió las consecuencias de los prejuicios sociales existentes en aquel Cibao con gente de primera y de tercera.
La sinceridad es ajena al quehacer político. Por eso existen los velos para encubrir la verdad. El discurso oficial divulga lo conveniente, el dictado de los estrategas. La tarea del colectivo es detectar, separar la paja del trigo. Esa labor compromete y el compromiso escasea o se cotiza caro.
El declive de la clerecía encontró amparo en la denuncia y el proselitismo. Lejos de la fe, convierten su influencia en militancia. El púlpito, sin donaire ni erudición, sirve para manifiestos partidistas y para reclamar favores pactados durante la campaña.
La institucionalidad criolla está intervenida por el populismo. La reiteración de la afirmación produce hartazgo, aunque la indiferencia exaspera más que la repetición.
nsistente, necio, puntilloso. Su silencio decía más que cualquier filípica. Imperturbable, el rubor en su rostro inconmovible, era el único indicio de indignación.
Ha vuelto la mano dura. Llega con halo de santidad, sin bulla. Ha vuelto la reivindicación del caqui y de los vilipendiados grises.
La “Estrategia Integral de Seguridad Ciudadana”, “el más ambicioso, grande y organizado plan que jamás haya tenido la nación dominicana” se ha convertido en patrulla mixta.
Pervive el oportunismo que cada aniversario mezcla la adulación al jefe de turno, con la vergüenza y el olvido. La actitud recuerda la respuesta de Balaguer, cuando le preguntaron si la era de Trujillo había concluido el 30 de mayo: “en cierto modo si, en cierto modo, no”.
Modificar creencias, tradiciones asentadas en el imaginario, requiere trabajo y tiempo. Empero que, en el vórtice de una anhelada reforma constitucional, repitan que el 16 de mayo fue el aniversario de la celebración de las elecciones, espanta.
La autoridad está contra la pared a expensas del populismo. Las leyes vigentes son ignoradas, despreciadas y no pasa nada. Como si rigiera un periodo especial de incumplimiento, permitido por el poderoso andamiaje fáctico. Es la banalización de la institucionalidad.
El desafío es ir más allá de la PN. Admitir la necesidad de enfrentar la violencia que descuartiza, quema, acosa. Esa que mutila y convierte la escuela, la iglesia, la familia en centros de terror e inseguridad. Solo así evitarían ahogar con cuentos los gritos de angustia, como dice el poema de León Felipe.
Conviene desviar la atención. El tema no cabe en el espacio contingente de la cruzada ética. Con depredadores del erario juzgados, no importa que el colectivo esté plagado de una infancia prostituida, sin remedio, con justificación y sin responsables.
57 años después de la Revolución de Abril de 1965, hoy queda la nostalgia del tiempo vivido, la convicción del nunca más y la decepción por la claudicación y el oportunismo de tantos portaestandartes de la utopía.
La temporada que hoy concluye, luego de la resurrección de Jesús, permite recrear personajes fundamentales que avalan el cristianismo y constituyen arquetipos para explicar la conducta humana. Presentes en la literatura, en el teatro, en el cine, en la política, en la cotidianidad. Traidores, sicofantes, negacionistas, delatores.