
Incertidumbre
En tiempos cargados de pesares y miedo, de amenazas fratricidas, violencia extrema, odio racial, acoso al extranjero y persecución mortal, debemos alzar la bandera blanca de la paz y el amor al prójimo.
En tiempos cargados de pesares y miedo, de amenazas fratricidas, violencia extrema, odio racial, acoso al extranjero y persecución mortal, debemos alzar la bandera blanca de la paz y el amor al prójimo.
Ahora se negocian “paquetes de salud”: empresas venden seguros familiares o individuales cuya cobertura depende del poder adquisitivo.
De la noche a la mañana, cambiaron las reglas del juego, dejando en desventaja a los más necesitados. Vivimos bajo una ley selvática: “Sálvese quien pueda”.
Como caribeños, conocemos bien las tormentas tropicales; las crisis globales, aunque cíclicas, también pueden navegarse. Aprendamos a surfear sus olas con equilibrio y responsabilidad.
La tensión en la frontera dominicana refleja la convulsión global, pero también una crisis local que exige soluciones urgentes.
Sueño con que las máximas instancias gubernamentales actúen con sinceridad para transformar el rostro añejo de la Patología Forense Dominicana en uno moderno y eficiente.
Invertir en recursos estatales para una sociedad más humana y solidaria no es una opción, sino una obligación.
Recientemente, un hacendado dominicano fue asesinado en la provincia de Puerto Plata, y la prensa destacó que alrededor de 200 haitianos fueron detenidos como sospechosos del crimen.
El miedo puede ser una alerta útil. Quizá debamos verlo como un presagio, una bendición que anuncia la posibilidad de un porvenir mejor.
Paradójicamente, el fenómeno de la muerte es el que nos acerca cuando menos lo necesitamos. El amor y la confraternidad universal deberían ser el común denominador entre todos los humanos.
¡Ojalá que el algoritmo de la inteligencia artificial asista a la voluntad política de turno para dotar al país de la infraestructura, herramientas y personal bien remunerado para atender urgencias cadavéricas masivas cuando estas ocurran!
Tengamos siempre presente a Juan Bosch, quien sostenía que cuando la economía norteamericana tiene fiebre, la nuestra padece una neumonía.
Muchos videojuegos moldean las mentes infantiles, persisten en la adolescencia y se consolidan en la adultez. Revertir ese orden resulta casi imposible por ahora.
Anhelemos silenciar los tambores de guerra y disipar el tono demoníaco del odio y la destrucción. Construyamos puentes de entendimiento y comprensión universal. Por todos y todas en el mundo.
No por coincidencia nuestros carnavales con diablos cojuelos transcurren en febrero para que esos demonios sean purgados durante la cuaresma, seguidos por el exorcismo de la Semana Santa.
Hace más de medio siglo el profesor Juan Bosch sentenció: “Primero te matan moralmente para que luego un cualquiera te elimine físicamente”.
Queda entonces la pregunta: ¿Cuándo encontraremos el antídoto contra la infoxicación de la modernidad?