Alimentación global
La escasez o falta de agua potable, unida a una mala alimentación, viviendas inadecuadas y una educación insuficiente, favorecen el hambre y la insalubridad universal.
La escasez o falta de agua potable, unida a una mala alimentación, viviendas inadecuadas y una educación insuficiente, favorecen el hambre y la insalubridad universal.
Juntos podemos detener el auge de la locura expansionista. Ninguna raza es superior ni mejor que las otras; más bien se complementan mutuamente.
Una de las mejores inversiones sanitarias gubernamentales es mantener oralmente sana a la población.
Confiamos en que los indicadores científicos se impondrán a la irracionalidad mercantil para el bien de toda la humanidad.
Veámonos con el lente de la hermandad universal, libre de odio y rencor, cargados de un gran amor al prójimo.
Entre todos, hagamos de la patria dominicana un nido de paz en el que no tengan cabida ni el odio ni el crimen.
Tengamos siempre presente a Juan Bosch, quien sostenía que cuando la economía norteamericana tiene fiebre, la nuestra padece una neumonía.
Somos un país pequeño tradicionalmente rico en falsas creencias y supersticiones alrededor de la salud familiar.
En tiempos cargados de pesares y miedo, de amenazas fratricidas, violencia extrema, odio racial, acoso al extranjero y persecución mortal, debemos alzar la bandera blanca de la paz y el amor al prójimo.
Ahora se negocian “paquetes de salud”: empresas venden seguros familiares o individuales cuya cobertura depende del poder adquisitivo.
De la noche a la mañana, cambiaron las reglas del juego, dejando en desventaja a los más necesitados. Vivimos bajo una ley selvática: “Sálvese quien pueda”.
Como caribeños, conocemos bien las tormentas tropicales; las crisis globales, aunque cíclicas, también pueden navegarse. Aprendamos a surfear sus olas con equilibrio y responsabilidad.
La tensión en la frontera dominicana refleja la convulsión global, pero también una crisis local que exige soluciones urgentes.
Sueño con que las máximas instancias gubernamentales actúen con sinceridad para transformar el rostro añejo de la Patología Forense Dominicana en uno moderno y eficiente.
Invertir en recursos estatales para una sociedad más humana y solidaria no es una opción, sino una obligación.
Recientemente, un hacendado dominicano fue asesinado en la provincia de Puerto Plata, y la prensa destacó que alrededor de 200 haitianos fueron detenidos como sospechosos del crimen.