Descalabro del Bagrícola
Las imágenes presentan las razones por las cuales los “préstamos” del Bagricola no han provocado como sucedía anteriormente, en el aumento de la producción agropecuaria.
Convirtieron una institución bancaria, que financiaba proyectos técnicamente factibles y económicamente en una dependencia del Ministerio de Agricultura, para acciones populistas de “dádivas disfrazadas de préstamos” que hemos detectado en seguimiento estricto a la opacidad en que se está manejando.
Ver fotografías del mes de marzo del año en curso y la institución que se caracterizaba por su transparencia al ser entregada a las actuales autoridades.
La opacidad sustituyó la transparencia y suman esta institución a la lista de las que han sido llevadas al deterioro en el actual gobierno (911, metro, programa medicamentos y farmacias populares, red vial, hospitales y otras), lo que innegablemente llevan a la pérdida de eficacia de instituciones que sus servicios deben propender a las mejorías de producción y condiciones materiales de existencia de todos los ciudadanos.
El Bagricola jugó un papel importante en apoyar a la exitosa política agropecuaria del anterior gobierno, contando con el respaldo y supervisión estricta de la Superintendencia de Bancos.
Para evadir esa supervisión, indispensable para cumplir las normativas de préstamos de toda institución que maneja dinero de terceros, se inventó el eufemismo de que los valores asignados a la institución a través del presupuesto del Ministerio de Agricultura, lo registran como pasivo del banco a favor del Ministerio, creando un producto de financiamiento que identifican como “cartera administrada” y así poder canalizar dádivas disfrazadas de préstamos.
Ver instrucciones que disponen los no requerimientos de condiciones a préstamos reales. Por eso muchos productores desde que ven en actos públicos al administrador del Bagricola entregando cheques junto al Ministro de Agricultura, reaccionan diciendo “el Bagricola se convirtió en la caja chica del Ministerio de Agricultura”.
Penosa situación que junto a la política de privilegiar las importaciones de alimentos en desmedro de la producción nacional, destruirá una institución que ayer jugó un papel estelar a favor de la producción agropecuaria.
Hoy no cumple ese papel. Otorga “préstamos” descalificados por sus historiales de pagos y carentes de documentos, por montos de 10, 20, 40 y hasta 100 millones de pesos, incluyendo empresas quebradas.
Es tiempo de que la sociedad se ponga de pie de lucha e impida el derrotero de deterioro que el actual gobierno lleva a las instituciones y al país en general. Repito: cuando digo que la burra es baya, es porque tengo los pelos en la mano.
Narro algo a continuación, que por carecer de documentos, pero recibida la historia de una fuente confiable, no presentó fotografías de lo que me informaron: “uno de los funcionarios actuales narró a sus colegas que al ingresar a la institución sus deudas superaban los 40 millones de pesos y que hoy, dos años después, sin ser socio de Mantequilla, apenas debe poco más de 2 millones».
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